Por Maxi Bibbo / @maxi_balcarce
Los equipos brasileños y uruguayos siempre animaron las instancias finales de la Copa Libertadores. Pero sólo jugaron 5 finales del certamen continental, contando la actual, en lo que va de sus 51 años de su creación, donde se repartieron dos victorias para cada país.
La primera definición la disputaron Peñarol y Palmeiras, en el año 1961. Los uruguayos venían de quedarse con la edición inaugural tras vencer al Olimpia de Paraguay y en aquel año debió superar en los cuartos a Universitario de Perú y al conjunto guaraní, en semifinales, para alcanzar por segunda vez consecutiva el partido final.
En tanto, el conjunto carioca venció a Independiente y a Independiente Santa Fe de Colombia, siendo así el primer conjunto brasileño en arribar a un final de Copa Libertadores. El “Carbonero” se impuso por 1-0, con un gol de Alberto Spencer a los 89 minutos, en el encuentro de ida, desarrollado el 4 de julio en el mítico estadio Centenario.
Siete días más tarde, ambos equipos se vieron las caras en el Pacaembú y el empate se hizo presente. José Sasia puso en ventaja al “Aurinegro” ni bien empezó el cotejo, pero Nardo igualó las acciones a los 77 del complemento. El resultado favoreció al visitante que pudo alzarse con su segunda Libertadores, lo que lo convirtió en un referente de los años sesenta en el orden continental.
Los “Manyas” seguían haciendo historia al llegar a su tercera definición en las tres primeras ediciones de la competición. Peñarol por haber sido el último campeón comenzó en las instancias finales, donde debió doblegar a su clásico rival, Nacional, para conseguir su pasaje. Mientras que por el otro lado apareció el Santos de Pelé, Coutiño y compañía, que eliminó a Cerro Porteño, Deportivo Municipal y a la Universidad de Chile.
La Libertadores 2011 repite el encuentro definitorio que se sucedió hace 49 años. Pero aquella vez Santos, que estaba disminuido por las lesiones, golpeó en Montevideo gracias a que Coutiño le dio la victoria por 2-1. Dorsal y Spencer, dos veces, le devolvieron a favor al “Peixe”, al ganarle 3-2 en el Villa Delmiro una semana después, lo que obligó la disputa de un tercer partido.
El encuentro clave desató una discusión por la sede: los uruguayos querían jugar en Buenos Aires y los brasileños en Chile. Tan tedioso fue el debate, que Pepe, ídolo del club carioca, declaró: “Jugamos donde quieren, incluso en una piscina. Les vamos a ganar igual”. Como si las palabras del futbolista fueran verdad, el Santos goleó 3-0 al combinado charrúa y se quedó con su primera Libertadores, en el Monumental ante 60.000 almas.
Tuvieron que pasar 18 temporadas para que equipos de Uruguay y Brasil se volvieran a enfrentar. La edición de 1980 puso en la final a Nacional y al Internacional de Porto Alegre, quienes en el primer cotejo, jugado en el Beira Rio, no se sacaron diferencias, por lo que debieron esperar siete días más para saber quién se alzaba con el trofeo.
El marco fue imponente, el partido de alto voltaje y una definición sobre la hora, le dieron la carga emotiva necesaria a la final que se desarrolló en el templo de la capital uruguaya. El “Bolso” y Inter apostaron al tiro de media distancia por lo que ambos se bombardearon los arcos durante gran parte del encuentro. Pero el único tanto llegó tras un tiro libre desde la derecha donde el conjunto tricolor realizó una jugada preparada que finalizó en la cabeza de Valdemar Victorino, quién con un potente testazo puso el 1-0 final, consiguiendo así la primera copa.
Peñarol volvió a los primeros planos de América tras ganar la edición de 1982 y llegar al partido final a la temporada siguiente. Los “Mirasoles” venían entonados pero se toparon con el Gremio, que buscaba el reconocimiento internacional que le faltaba.
El “Carbonero” recibió en su casa al equipo “Gaucho” pero no consiguió sacar diferencias y el empate 1-1, favorecía a los brasileros porque definían la serie de local. Con la ventaja de terminar la final en el estadio Olímpico, la escuadra de Porto Alegre salió en busca de la victoria y logro adelantarse en el marcador, pero el “Manya” igualó antes del final del primer tiempo. Los dueños de casa emprendieron el complemento con la idea de darle una alegría a su público, quienes estallaron de júbilo cuando César desniveló para colocar el 2-1 definitivo, con el que consiguieron su primer título internacional.
La final que disputarán Peñarol y Santos será la que le saque el equilibrio al historial. Pero más allá de las estadísticas, es un choque de estilos: la garra y espíritu charrúa contra la técnica y el individualismo carioca. También marca uno de los clásicos más mentados de Sudamerica, ya que las definiciones entre equipos de ambos países siempre fueron épicas, donde la emoción y la incertidumbre fueron aspectos que no faltaron.