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Tres bodas de más: sobrados

Publicado el 08 diciembre 2013 por Juancarrasco @JuanCdlH
08.12.13 | 14:43. Archivado en Cine, Estrenos, Español
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Cuando la eficaz y agresiva campaña de difusión de una cinta te incluye un trailer no ya con los momentos más interesantes de la misma, sino prácticamente todos los momentos de interés (lo siento por ¿Quién mató a Bambi?, pero las comparaciones son además de odiosas inevitables si los estrenos vienen tan cercanos), no queda otra que aplaudir el tinglado de prestidigitación. Este regusto a “ya lo había visto sin verlo” que te queda no quiere decir que no merezca la pena su visionado, sino que la idoneidad reside en un buen adelanto promocional que adelante parte (aunque sea la mejor, pero únicamente parte) del pastel. Tal es el caso de esta delirante historia de una joven con problemas de autoestima y un trabajo poco corriente que no sólo tiene en su pesar el constante fracaso amoroso, sino que en la misma temporada tres exnovios la invitan a ir a sus bodas con otra persona.

Tres bodas de más: sobrados
El último trabajo de Javier Ruiz Caldera, director de Spanish Movie y Promoción fantasma, derrocha simpatía, y es por ello que la obra va sobrada con respecto a su trailer y luego no le entra a uno sensación de que le han engañado. La ligereza de su argumento no empaña la frescura del mismo y una buena sucesión de situaciones realmente brillantes, planteadas con criterio y seguramente bastante meditadas previamente. Inma Cuesta borda su primer papel de comedia; y es que la pobre llevaba demasiado llorando en la gran pantalla, porque cuando estás empezando y lo que haces te sale bien acaba siendo un obstáculo para que otros se atrevan a sacarte del encasillamiento, y la osadía del realizador mezclada con el buen resultado del trabajo de la propia actriz atisban un futuro profesional esperanzador para ambos. Junto a la citada Cuesta, el resto del reparto funciona igualmente, y a la química de la actriz y su compañero de fatigas, el becario interpretado con chispa y naturalidad por Martiño Rivas, hay que sumar las tablas infinitas del ubicuo Quim Gutiérrez (en el papel de médico con ansiedad), del gran Paco León (haciendo de surfista vasco) o Berto Romero (tan natural como siempre esta vez encarnando al ex con alergia al compromiso). También dan lustre al asunto Rossy de Palma (la mamá “guerrera”) y el momento especial de Joaquín Reyes que en toda la película sólo sale tras los créditos finales en la sorpresa en forma de epílogo, no se lo pierdan, y cuyo momentazo no tiene desperdicio a la vez que explica muchas cosas de lo que hemos estado viendo durante hora y media de divertido metraje.

Tres bodas de más viene a colocar el colofón de un año estupendo para el cine español en lo que a la calidad se refiere, lo cual contrasta meritoriamente con las dificultades económicas, la extinción del chanchulleo y el amiguismo (más por falta de liquidez y afinidad que por otra cosa), el ninguneo por la resistencia a tomar en serio al arte en nuestro querido y puñetero país de caraduras, y demás detalles que hacen que el universo de Berlanga sea superado por la realidad. ¿Será algo puntual achacable a la suerte, a que sólo los proyectos más fuertes salen a la luz, a que se piensa todo mucho más y mejor (aunque suponga la tapa del ataúd de los jóvenes brillantes sin medios)? En cualquier caso, para bien o para mal, algo está cambiando en el cine español y se nota en el ambiente. Tiempo al tiempo…

Dirección: Javier Ruiz Caldera. Duración: 90 min. Género: Comedia. Intérpretes: Inma Cuesta (Ruth), Martiño Rivas (Dani), Quim Gutiérrez (Jonás), Paco León (Mikel), Rossy de Palma (madre de Ruth), María Botto (jefa de Ruth), Laura Sánchez (Álex), Berto Romero (Pedro). Guión: Breixo Corral y Pablo Alen. Producción: Eneko Lizarraga, Francisco Sánchez, Enrique López Lavigne, Belén Atienza, Mikel Lejarza y Mercedes Gamero. Música: Javier Rodero. Fotografía: Arnau Valls. Montaje: Alberto de Toro. Dirección artística: Silvia Steinbecht. Vestuario: Cristina Rodríguez.


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