Revista Deportes
Una nueva colaboración -y esta de las de peso-, llega desde No Disparen al Quarterback, un blog con más de 130 artículos creado hace poco más de un año, ya firmaríamos muchos de los que mantenemos espacios en internet con tal esperanza de vida!. Nos presenta tres breves historias de pretemporada, distendidas y digeribles aunque si os puedo dar un consejo, agregarlo a vuestra lista de favoritos y leerlo durante la temporada... os gustará!.
Lo primero es lo primero, gracias a Illegal Return por la idea de realizar este crossover de blogs. Creo que esto será beneficioso para ambos blogs, en esta árdua tarea de propagar la sagrada palabra de esta religión y/o secta que es el football americano. Una vez dado el bombo de rigor, vamos con el artículo. Voy a contaros tres historias, tres historias para no dormir, que sobrevuelan la actualidad de la NFL, en relación con tres jugadores. Estos tres hombres son Albert Haynesworth, Brett Favre y Brian Cushing. Al finalizar ese artículo ustedes decidirán si las historias que han leído son o no ciertas. Ya entenderán esta frase según vayan leyendo.
Comenzamos en orden cronológico, con Brian Cushing. El LB de los Houston Texans, rookie defensivo del año pasado, comenzará esta temporada cumpliendo una suspensión de cuatro partidos por dar positivo por HCG, hormonas del crecimiento, en un control antidopaje. El jugador y su entorno negaron el uso de sustancias dopantes achacaron el positivo a que Cushing estaba sometiéndose a un tratamiento de fertilidad, ya que buscaba tener su primer hijo y estaba encontrando problemas. Su versión sostenía que el medicamento usado en el tratamiento contenía HGC y no lo sabían. Bien, esta excusa era incluso creíble, a pesar de que todo jugador debe saber en todo momento qué se está metiendo en el cuerpo. Pero declararse culpable por descuido, y esperar una rebaja en la sanción era entendible. Pero tras el verano, y cuando llegó el turno de apelar la sanción, todo cobró un matiz diferente. Por algún motivo, aconsejado seguramente por su abogado y sorprendentemente apoyado por la propia franquícia, Cushing alegó que su positivo se debió a un síndrome que sufre, el síndrome del atleta sobreentrenado y overtrained athlete en inglés.
Al parecer este síndrome del que poco se sabía hasta ahora, sube niveles de hormonas en el cuerpo cuando se deja de entrenar. Debía parecerles creíble, pero ningún médico ha podido apoyar, al no estar demostrado, que los niveles de HGC suban con este síndrome. Resultado, bochorno, mofa general y ratificación de la suspensión. Nadie se creyó la historia.
Continuamos con el padre, o abuelo, de todos los dramas veraniegos, Brett Favre. Brett, que decidió retirarse por enésima vez a principios de verano, decició el otro día volver. Una vez que el número de entrenamientos obligatorios a los que debe acudir ha bajado del umbral que él considera como aceptable. O sea, no quería pasarse un verano entrenando en el tórrido clima del norte. Favre para acallar los rumores, y gritos pelados, de que por cuarto año había intentado tomarnos a todos por idiotas, dijo que la vuelta del retiro no estaba planeada hasta que algunos jugadores de los Vikings, entre ellos el DE y líder espiritual, Jared Allen, le fueron a visitar a su casa. Pero el problema esta vez es que muchos dentro del vestuario se han sentido engañados por Favre, y éste ha tenido que dar una pequeña charla a estos, jurando y perjurando que sus intenciones eran buenas y eso. Además, ha asegurado que ésta sí será su última temporada. Les dejo a ustedes la última palabra sobre la veracidad de eso.
Y acabamos con otra que tiene que ver con médicos. El DT de los Washington Redskins, y defensa mejor pagado de la NFL. Albert Haynesworth, pasó los primeros training camps en su casa, negándose a presentarse si su rol en el equipo no era clarificado. Haynesworth fue duramente criticado por muchos por su bajo rendimiento el año pasado, y empezaba este verano con la posición de titular no asegurada, diciendo con la boca pequeña que quería un traspaso. Cuando decidió presentarse en los entrenamientos los médicos y entrenadores decidieron que no entonaría si no pasaba un test médico y físico. Se decía que esto era un castigo por sus anteriores ausencias. Pero parecía que todo se iba a ver justificado, porque Haynesworth estuvo dos días sin entrenar por no pasar los tests. Cuando el jugador pasó el test y pudo entrenar, sufrió una severa deshidratación y tuvo que ser atendido por los médicos. Parecía que de verdad estaba en baja, muy baja forma, y que ahora tenía algo por lo que preocuparse más que por su rol en el equipo. Pero todo se volvió peliagudo cuando el jugador dijo que los médicos del equipo mentían, y que ocultaban que sufría de rabdomiolisis, la causa de su baja forma. Esta enfermedad es provocada por una pérdida grande de fibra muscular, que a su vez provoca un incremento de mioglobina en sangre, que puede provocar fallos renales. Haynesworth dijo, otra vez con la boca pequeña, que quería ser traspasado, esta vez por motivos de desconfianza en el staff médico. Cuesta no creer que alguien pueda sufrir esa enfermedad cuando es algo serio, pero al parecer su propios compañeros son los primeros en no creerle. Ustedes están en pleno derecho de creerle, o no.
Aquí acaban estos relatos cortos. Espero que lean esto antes de irse a la cama, así podrán consultar con la almohada la veracidad de estas historias. El football, como ya he dicho montones de veces, da para mucho, mucho.
No Disparen al QB