La culpa de que la literatura sea mi forma de ocio predilecta la tienen obras como Tres enanos y pico de Ángel Sanchidrian. Una de esas historias que a simple vista parece solo una obra de fantasía humorística, pero que esconde un mensaje y una crítica social tan grande, que es difícil que no te haga reflexionar entre cada una de las risas que te saque. Bienvenidos a la reseña de Tres enanos y pico de Ángel Sanchidrián.
Título: Wifo Medroso es un joven estudiante, cobarde y enclenque, que realizará sus prácticas de Enanología en la ciudad de Villa Trifulcas. Hasta aquí podría parecer una historia anodina y sin ningún interés. ¿Pero habría sido escrita si lo fuera? Mientras el becario estudia las costumbres de los enanos, el mundo se encamina hacia el desastre. Elfos racistas y xenófobos, una banda criminal dirigida por un niño de ocho años, enanas homicidas, políticos corruptos, trolls, orcos, guerreros errantes, ogros y magos, bosques encantados, reinas, asesinos, peleas, palizas, asedios y batallas, mentiras, secuestros, amenazas, un burro guardaespaldas y, aunque parezca increíble, mucho mucho más. ¿Qué podrá hacer Wifo, en medio de este follón, para salvar su propia vida y la de los enanos? Tres enanos y picoA estas alturas que os diga que la fantasía es un género que me cautiva fácil no va a sorprender a nadie, pero cautivar no implica enamorar y son pocas las que consiguen que busque minutos libres en horas abarrotadas para perderme en un capítulo más. Tres enanos y pico ha conseguido eso y mucho más, pues durante su lectura no he parado de recomendársela a cuantos tenía alrededor -y mis compañeros universitarios pueden dar fe de ello-.