Así se hace Marketing persuasivo
No digo nada nuevo al afirmar que en el actual contexto de Internet, es crucial convertir a periodistas y bloggers en prescriptores y embajadores de las marcas. Sin embargo, la gente sigue empeñada en seguir haciendo “lo tradicional”.
Conozco de cerca el mundo de los gabinetes y agencias de prensa y estoy bastante acostumbrados a las aburridas notas y ruedas de prensa. Parece mentira que a estas alturas de partida, la mayor parte de las empresas y las personas se sigan comunicando exactamente igual que en la era previa al correo electrónico, cuando nos encontramos en un mundo dominado por las narrativas transmedia, las potentísimas campañas de marketing online, las presentaciones en streaming de eventos que se utilizan con “percha” para presentar productos o dar a conocer nuevas líneas de negocio de las empresas.
Tras muchos años “al otro lado del correo electónico” he tirado miles y miles de notas de prensa a la basura, he creado reglas para no recibirlas y con el tiempo vi que el concepto de rueda de prensa es, cuanto menos, casposo. Por eso, parte de mi inquietud profesional se centra en encontrar formas originales, divertidas y disruptivas con las que comunicar marcas y hacer que su mensaje llegue a los potenciales consumidores o clientes sin que perciban a la marca como una generadora de información aburrida o, lo que es peor, de ruido. En un mundo en el que lo más importante es “crear valor”, parece que nos hemos olvidad de que la primera impresión es la que más cuenta y que el valor se empieza a construir desde el primer contacto, que en estos momentos suele ser siempre a través del marketing online:
Cómo crear valor al generador del mensaje para que lo transmitacomo prescriptor:
Toshiba Satellite U920t
El otro día me invitaron a un evento patrocinado por Toshiba. Se trataba de la presentación de su nuevo Satellite U920t, un nuevo y chulísimo ultrabook y tablet, todo en uno. En principio podría haber sido la típica y gris rueda de prensa en la que un directivo de la compañía muestra el nuevo ordenador, luego un técnico explica en una pizarra electrónica sus funciones y novedades, para luego dar paso a las preguntas por parte de periodistas y/o blogueros especializados en el tema.
Sin embargo, los señores de Toshiba le dieron una pensadita más y lo que hicieron fue un evento ad hoc en el que los invitados eran tan protagonistas como el propio Satellite U920T, en el que no se les contaba lo “bonito” que es este ultrabook y tablet en uno. En vez de eso, nos dieron uno a cada uno y nos dejaron trastear con él hasta que nos cansásemos. Después de eso, en vez de tratarnos como al típico “tío al que haces la pelota para que hable bien de ti y decirnos lo importantes que somos y bla, bla, bla” (parece mentira, pero esto sigue siendo una práctica súper habitual en las empresas) nos invitaron a una degustación de cocktails en la que, además de pasárnoslo genial, nos generaron una magnífica impronta sobre el nuevo juguetito de Toshiba.
Al final, yo me lo pasé bien, aprendí de una marca con la que no interactuaba desde hace años y para colmo cambiaron mi imagen prefijada sobre el Windows 8 (soy más de otros sistemas operativos, la verdad, pero este mola bastante) y sobre lo poco útiles que me parecen las tablets. Este dúo con una Pantalla Toshiba HD TFT 12,5’’, Corning® Gorilla® Glass resistente a accidentes y con retroiluminación LED, me pareció una verdadera pasada. Si todavía no lo conoces, te aconsejo que le eches un vistazo, porque el Toshiba Satellite U920t es una pasada.
Os dejo el vídeo de cómo quedó todo, porque merece la pena.
Cómo hacer mail marketing sin que te perciban como spammer
Logo cortesía de Webicultors
Cada vez que una agencia envía una nota de prensa una parte importantísima de los destinatarios ni la lee o bien tiene marcado como spam al emisor del correo. Aunque trabajen con una bases de datos súper actualizadas, el problema no es ni el emisor ni el mensaje en sí mismo. La mayoría de las veces son las formas en las que la gente se dirige a su destinatario.
Pues bien, el otro día recibí uno de esos mails que da gusto recibir. Era de una persona que me escribía para pedirme el simple favor de que, ya que estaba usando su logo para ilustrar un post que escribí hace mucho tiempo, que pusiera un enlace a su web o bien que la citara. Su mail fue tan delicioso, que os lo pego aquí para que lo leáis y saquéis vuestras conclusiones.
Hola, Luís:
¿Conoces un programa de la MTV que se llama Catfish?
Es una de esas docuseries de dudosa autenticidad en que alguien se pasa días con un cámara detrás de la oreja para compartir su vida y milagros.
En esta serie ayudan a personas que mantienen relaciones a distancia con esos tintes sospechosos que te acaban haciendo sospechar que no todo es trigo limpio.
Una de las herramientas que allí usan para ver si la otra persona es quien dice ser es un buscador de imágenes de Facebook (Google Imágenes) para ver si hay otros perfiles sociales con distinto nombre con la misma foto
Y me dió por problarlo con mis fotos de perfil, pero sin sorpresas… tampoco soy TAN guapo
Pero cuando lo probé con mi logo corporativo me encontré la siguiente página
Mi post
Déjame primero que te felicite por el artículo, se nota que ere periodista y ante eso no podemos competir los plumillas aficionados. Y, además, felicitarte por tu gusto a la hora de escoger imágenes que apoyen tu texto
A lo que iba… agradecería que me dedicaras al menos un enlace a mi web (http://es.webicultors.com) en el formato que prefieras:
- Logo cortesía de Webicultors) como pie de imagen
- Un rinconcito en tu lista de Sitios de interés
- …
Sé que es un artículo un pelín viejo, pero el logo sigue siendo mío O:)
En todo caso, saludos y feliz Semana Santa,
Por su puesto, al final, no sólo puse los enlaces. Me curré unos buenos anchor texts, le metí en mi blogrol y puse algún que otro enlace. ¡Sin duda, merece la pena ser original en cada cosa que se hace en esta vida!
Escucha a tu cliente. Es único y le importa que te intereses por él
Sillas Eames
Hace poco compré unas sillas por Internet en una oferta de Offerum. Eran unas Eames de colores, el regalo perfecto con el que darle una sorpresa a mi mujer. Sin embargo, tuvimos la malísima suerte de que cuando la furgoneta de reparto estaba entregando el paquete previo al mío, unos simpáticos abrieron la furgoneta y robaron todo el contenido que había dentro. Mis sillas, también.
Total, que recibí un mail en el que me explicaban lo que había ocurrido, me dieron todo tipo de disculpas y me dijeron que me devolverían mi dinero. Algo que hicieron rápidamente y de forma efectiva. Sin embargo, yo me quedé con las ganas de hacerle el regalo a mi mujer. Así que llamé por teléfono a Offerum.
El primer acierto por parte de este escaparate de ofertas en Internet fue el de poner su número de teléfono en la web, ya que, aunque vivimos en un mundo digital, a las personas lo que nos gusta es hablar. Cuando me cogieron la llamada me atendió una chica simpatiquísima que se deshizo en pedir disculpas y en intentar ayudarme a conseguir de nuevo unas sillas con las que dar una sorpresa a mi mujer. Esta operadora me escuchó, empatizó conmigo y se puso en mi piel cuando le contaba mi historia. Pero lo mejor de todo fue que, en vez de atenerse al procedimiento y contestarme el típico y gris “si usted quiere comprar las sillas de nuevo, visite nuestra web”, como hace la mayoría de operadores, se apuntó mi nombre y mi teléfono y me dijo “no se preocupe, que en cuanto recibamos nuevo stock de sillas le aviso con tiempo para que pueda comprarlas antes de que nos quedemos sin existencias”.
Para mis adentros pensé que no me llamaría ni de broma, así que dos o tres semanas volví a llamar a preguntar, conté mi historia a la operadora que me cogió la llamada (por su puesto no era la misma que la vez anterior) y me contestó de forma gris y voz de lata que vistara su web. Yo, por supuesto, deseché la idea de comprarles las sillas y me puse a buscar por Internet a ver si encontraba la misma oferta en otra web.
No tuve suerte, y no encontré la oferta en ningún otro lugar. Y la sorpresa llegó cuando un mes y medio después, la chica con la que hablé por primera vez, me volvió a llamar para decirme que se había vuelto a activar la oferta y que si quería comprar las mismas sillas de color blanco otra roja que pedí por primera vez, me diera prisa. Así lo hice y ahora tengo dos sillas chulísimas, una buena sensación de marca y, sobre todo, ganas de volver a ver una oferta interesante en esa web para adquirirla.