Con las frases “célebres”, me pasa como con los chistes “buenos”… Cuando los oigo, pienso que me acordaré (seguro) cuando necesite acceder a ellos. Son frases que me impactan y que creo que podría utilizar algún día. Lo mismo con los chistes: si son de los que me río a gusto ( a carcajada limpia y, a veces, hasta llorar…) me parece que esa risa va a crear una huella mental imborrable y que cuando sea el momento, podré repetirlos ( sin la misma gracia pero con un contenido fiel).
Todas esas suposiciones que me hago a mí misma, son erróneas. Estoy en una conversación en la que “esa frase” podría entrar como la seda y…no me acuerdo. Rebusco (¿No era tan alucinante?)pero se me acercan aproximaciones que le quitan la magia a la frase. Acabo explicando el contenido, que sin esa poesía que tiene la semántica, ya no es lo mismo. Con los chistes… Estas fiestas, he intentado recordar todos esos chistes que me han hecho reír y he perdido más tiempo en el intento que escuchando chistes nuevos… Además, los dos únicos chistes que siempre están “on” en mi memoria, no son fácilmente reproducibles en según que foros… Y mira que son buenos…
Este año, me han traído los chistes impresos en folios para que los tenga a mano. Lo que pasa es que ahora sé dónde están esos cinco! folios grapaditos pero…cuando quiera recordar esos chistes, no los encontraré. ¿Apostamos?
En cuanto a las frases… En mi memoria se guardan dos. Y estos días, he querido “regalar” una frase que leí hace poco a una persona que cree en las frases y que no entraba en mi lista de dos y, evidentemente, no la recordé con exactitud. Era una buena frase, que resume una actitud inteligente: No perder el tiempo en “odiar” (el verbo es muy fuerte, cabrían también, las acepciones más ligeritas de odio).
No tengo tiempo de odiar a los que me odian,
estoy demasiado ocupado queriendo a los que me quieren.
Ahora mismo, me vienen algunas más pero esto es por mi estado de concentración ( en la frase). Si estoy en un estado espontáneo, las dos perlas que recuerdo y puedo reproducir fielmente, de momento, son estas:
1) La felicidad es como una manta pequeña. Cuando has conseguido taparte los brazos, se te destapan los pies. Esta me la regaló un italiano muy especial, en una noche de cena de trabajo, en una Feria en Milán. Un hombre mayor, muy sabio. Fue el primero que me introdujo en el concepto de “regalar frases” y de preguntar a quien las dice y si me interesan“¿Me la regalas?”. ; – ) Ya no está entre nosotros pero su recuerdo perdura en mí cada vez que la pronuncio o la escribo.
2) “Hoy, en la ciudad, todos, absolutamente todos, se levantaron con granos de azúcar en los labios. Pero sólo se dieron cuentan los que al despertarse, se besaron.” No recuerdo dónde la leí o la capté o como llegó a mí. La he utilizado en un cuadro y en varios textos. En casa, somos besucones de entrada y de salida. De Buenos Días y de Buenas Noches. Así que si algún día pasa esto, creo que me enteraré.
Gracias a las web y blogs recopilatorios, hoy en día es fácil dar con la frase olvidada pero , claro, otra cosa es que la frase dé en ti…
Para acabar, transcribo de mi documento de chistes ( ahora que aún está localizable), el segundo chiste mejor del mundo . Esto lo dicen unos psicólogos británicos que hicieron un estudio al respecto, aunque para chistes, los colores…
Sherlock Holmes y el Dr. Watson se fueron a pasar unos días de campamento. Tras una buena cena y una botella de vino, se desearon buenas noches y se acostaron en sus respectivos sacos, dentro de la tienda de campaña.
Horas más tarde, Holmes se despertó y llamó con el codo a su fiel amigo:
-Watson, mira hacia arriba y dime: ¿Qué ves?
Watson contestó:
-Veo millones de estrellas…
-Y eso, ¿Qué te indica? Volvió a preguntar Holmes.
Watson pensó por un minuto y plenamente decidido a impresionar a su amigo con sus dotes deductivas contestó:
-Desde un punto de vista astronómico, me indica que existen millones de galaxias y potencialmente, por lo tanto, billones de planetas. Astrológicamente hablando, me indica que Saturno está en conjunción con Leo. Cronológicamente, deduzco que son aproximadamente las 3:15 de la madrugada. Teológicamente, puedo ver que dios es todopoderoso y que nosotros somos pequeños e insignificantes. Meteorológicamente, intuyo que mañana tendremos un hermoso y soleado día….-Y a usted, ¿que le indica mi querido Sherlock?
Tras un corto silencio, Holmes habló:
- Watson, eres cada día más estúpido. Lo que me indica es ¡que nos han robado la tienda de campaña!