Revista En Femenino
Hoy mi hijo cumple tres años. Es aún un pequeño a medio hacer, que tiene un poco de niño y un poco de bebé, aunque mirando su evolución en fotos es inevitable sentir un latigazo de vértigo al comprobar cuánto ha cambiado en este trienio: el más convulso de mi vida.
Os deleitaría con el cúmulo de sensaciones que se me vienen encima al revivir la intensidad de estos últimos años y lo que ha supuesto la llegada de esta personita a mi vida, pero estoy muy liada con los preparativos del cumple. Lo siento, pero entenderéis que lo primero es lo primero ;-)
Como en im-perfectas inauguramos nuestras reposiciones de verano, al más puro estilo Verano Azul, os voy a dejar este post que publiqué hace justo hoy tres años, el 5 de agosto de 2010, después de romper aguas, mientras estaba en el hospital dilatando y esperando que Gael se decidiera a salir.
El parto se adelantó casi un mes, así que la entrada poco tiene que ver con la maternidad y con todo lo que me sobrevino después. Entonces, exhausta y pesada, mi pensamiento estaba puesto en un merecido descanso que aligerase la recta final de mi embarazo, y lo que me salió fue este microrelato sobre la sensación previa a las vacaciones, una de las pocas cosas que mantengo tal cual desde entonces.
Espero que lo disfrutéis:
Cuestión de necesidad