En una canción que supo ser todo un hit, Fito Paéz repetía una y otra vez que “Es sólo una cuestión de actitud”. Si bien esa frase no siempre se puede trasladar de manera correcta al fútbol, hoy Argentina le hizo culto a las palabras del rosarino. Tras un triste primer tiempo, cambió la mencionada actitud y con más ganas que juego pasó a ganar un partido complicado y se trajo 3 puntos de oro desde Barranquilla gracias al aporte de un magnífico Lionel Messi.
Quizás aterrado por la posibilidad de otro resultado negativo, Sabella planteó un equipo poco ambicioso para visitar a Colombia. Desde el vamos, la formación dejaba en claro la intención del ex técnico de Eudiantes: ausencia de volantes externos, poca compañía para Messi e Higuaín y extrema abundancia de volantes centrales. Esto, sumado a la clara órden de no pasar mitad de cancha que tenían tanto Clemente Rodríguez como Pablo Zabaleta, dejó en descubierto el único objetivo de Sabella: conseguir el puntito “inteligente“.
Y durante 45 minutos lo logró. Dejando de lado el fastidioso aislamiento que sufrió la dupla de delanteros gracias a la nula creación de juego y al paupérrimo desempeño de José Sosa, el funcionamiento de mitad de cancha hacia atrás supo rozar la perfección durante toda la primera parte. Entre la buena tarea de los mediocampistas defensivos con Guiñazú como estandarte y las también nulas intenciones de Colombia en ataque, Argentina parecía cumplir el triste objetivo que se había planteado antes del comienzo del partido, pero una desgracia iba a cambiar por completo el desarrollo del encuentro. En la agonía del primer tiempo, Mascherano desvió un tiro libre de Dorlan Pabón y marcó en propia puerta para dejar un panorama más que negro de cara a la segunda parte.
Por suerte, el duro golpe significó un click en la cabeza del entrenador y los jugadores albicelestes. Con la entrada de Agüero por Guiñazú (figura del primer tiempo), Argentina supo darse cuenta que los únicos puntos inteligentes son los que vienen de a 3. Con más compañía, Messi empezó a generar más juego y terminó siendo clave para la gran remontada del equipo. Luego de un primer tiempo que estuvo en sintonía con lo poco que había hecho el viernes ante Bolivia, el mejor jugador del mundo mostró todo su repertorio y con pases, gambetas y un gol fue clave en el 2-1 final.
Lo poco que propuso el conjunto local se merece sin dudas un párrafo aparte. Fiel a su costumbre, Colombia tiene lo mejor de su plantel de mitad de cancha hacia adelante, algo que hace suponer que el fútbol ofensivo debería ser buscado religiosamente por cada técnico cafetero, pero la intención de Leonel Álvarez estuvo demasiado lejos de eso. Con un planteo parecido al de Sabella en el primer tiempo, Colombia se dedicó a esperar tanto en el empate como en la victoria, y una vez que estuvo abajo en el marcador no se le cayó ni una idea para revertir la situación. A pesar de contar con la mejor generación de jugadores en años, aún no encuentra el funcionamiento y las dudas sobre su presencia en el próximo mundial vuelven a aparecer como en cada eliminatoria.
Más allá de algunos buenos rendimientos, hoy volvió a quedar en claro cuán diferentes son Agüero e Higuaín con respecto al resto de los que suelen acompañar a Lionel Messi. Por más que tengan partidos en los que no se destaquen -como el que tuvo hoy el delantero del Real Madrid- están muy por encima de los demás y piden a gritos la confirmación del trío ofensivo que todos quieren: Messi-Agüero-Higuaín.
El árbol no debe tapar el bosque. La actitud sirve en ocasiones, pero si no se la acompaña con buen juego termina siendo un recurso insuficiente. Los tres puntos ayudan a trabajar con algo más de paz hasta el lejano próximo compromiso. Sea en el Monumental o en otro estadio, ojalá podamos ver la misma actitud, pero desde el primer minuto y con un funcionamiento mucho mejor.