Trilogia de Deptford

Hoy hablaremos de la Trilogia de Deptford, obra del escritor canadiense Robertson Davies.

Davies nace en Canada en el año 1913. Escritor a la par que periodista, crítico y profesor, editor de la revista Saturday Night. Fue hijo del senador canadiense W. Rupert Davies. Es uno de los autores más conocidos de Canada, gracias a sus famosas trilogías. Además de la que nos ocupa, escribió la trilogía de Salterton, la trilogía de Cornish y la Trilogia de Toronto que no llegó a culminar.

Robertson Davies muere en su Ontario natal en el año 1995.

Compré este libro junto con otro ( Límite, del autor Frank Schätzing, del que también daré debida cuenta en el blog), por causa de mi afición a los libros de gran envergadura. Realmente nunca había leído antes nada de este autor, aunque había oído hablar de él.

El argumento inicial de la trilogía es, en principio, simple. Cuenta la vida de tres muchachos, Percy Boyd Staunton, Dunstable Ramsay y Paul Dempster, nacido en el perdido pueblo canadiense de Deptford, y de como el más insignificante de los hechos, el lanzamiento de una bola de nieve por parte de uno de ellos, genera un efecto dominó de acontecimientos que dominarán la vida de los protagonistas y de sus círculos sociales y familiares más próximos. Parecida a esas viejas sagas familiares, la trilogía desgrana la vida de los tres chicos hasta la edad adulta.

El primer libro, El quinto en discordia, narra desde un punto de vista autobiográfico la vida de Dustam Ramsay, profesor de historia y hagiógrafo (especialista en santos). Cada uno de los tres protagonistas es el vértice opuesto de un triangulo. En este caso, Dusntam es la parte reflexiva, espiritual y cerebral del trio. Su relato toma la forma de una carta escrita al director de su escuela tras un desacuerdo en su fiesta de jubilación.

El segundo libro, Manticora, nos cuenta la historia de Percy Boy Stauton, que tras un acontecimiento traumático en su vida, viaja hasta Ginebra para someterse a terapia psicológica, en donde hace repaso de su infancia y madurez, y desgrana la figura de su padre, cuya influencia, la mayoría de las veces negativa, tiene un peso monumental sobre el.

El tercer y ultimo libro, El mundo de los prodigios, corre a cargo de Paul Dempster, el más afectado sin duda por aquella inocente bola de nieve. Paul se hace llamar Magnus Eisemgrim, y se ha convertido en uno de los ilusionistas más famosos del mundo. Él es el ejemplo de superación (o el intento al menos), del trío. Un personaje que intenta desesperadamente superar las dificultades mediante el uso de las pocas herramientas que la vida ha puesto a su alcance.

Con una prosa próxima al siglo XIX (a pesar de estar escrita en los años 70), esta trilogía es una lectura de ritmo diferente a las acostumbradas en el siglo XX, no digamos ya en el XXI, aunque el hilo principal, lejos de aquellas grandiosas sagas decimonónicas, es la narración de la pura y simple vida cotidiana de tres personas completamente normales, y de como el hecho mas minúsculo puede acarrear consecuencias enormes para un gran número de personas. Otro gran acierto es la conseguida humanidad de los personajes, lejos de estereotipos maniqueos: el mismo protagonista puede comportarse de forma altruista en un capítulo para pasar a ser mezquino y malpensado en el siguiente, movido por las circunstancias y el entorno. Vamos, como cualquier hijo de vecino.

Debo decir que el segundo libro se antoja algo más denso que los otros dos (en ocasiones, algo aburrido, la verdad), pero en conjunto la trilogía de Deptford es una lectura altamente recomendable por lo singular de su desarrollo. Buen provecho.

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