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Trincao, regateando hacia el filo del abismo

Publicado el 03 junio 2020 por Trescuatrotres @tres4tres

Cuando un jugador joven llega a un equipo grande, la primera media hora de juego puede ser determinante para su carrera. Sobre todo si no es un canterano, sino que procede de otro equipo y ha costado un buen saco de millones de euros. Depende de la confianza que el entrenador tenga en el futuro del jugador para que le otorgue más o menos oportunidades. Pero si en las primeras presencias no destaca, es difícil que un jugador joven consiga el favor de su grada. La primera impresión es la que cuenta.

Esto le espera a Trincao. Ser atacante en el Barça no es fácil. Menos aun si llega sin ser un jugador conocido. Además, sin el sello de venir de La Masía. Pero si encima tienes un nombre que da pie a tantas brumas, dobles sentidos o memes, el salto al abismo está servido.

Pero Francisco Trincao es un driblador nato, y puede ser capaz de regatear al abismo y a las bromas sobre su nombre. Esa es la base de este zurdo que suele jugar por la derecha, su capacidad para el regate. Es un jugador alto y delgado, con 1'83 m de altura no llega a los 70 kilos. Esta finura en su físico le hace ser flexible y rápido a la hora de cambiar de dirección o de ritmo.

A pesar de ser muy zurdo en la definición e incluso en la conducción, tiene salida hacia los dos perfiles. Esto le ayuda a poder jugar en ambas bandas. Además, es capaz de mandar buenos centros también con su pierna derecha, unido a su desborde, esto le hace difícil de frenar. No es excesivamente veloz, aunque sí muy hábil para conducir el balón en carrera. Su destreza es mayor en el regate corto, partiendo de posiciones estáticas, que regateando en carrera. Tampoco suele abusar de las sucesiones de regates. Aunque es capaz de colarse entre varios rivales con el balón controlado, suele levantar con bastante frecuencia la cabeza. Habitualmente hace un regate y suelta pases con muy buena visión a compañeros desmarcados.

No tiene olfato de gol. Al jugar en posiciones atacantes, acaba anotando varios goles por temporada, pero no es su función principal ni el fin que se debe buscar con su inclusión en un equipo. Es mucho más importante en la preparación del gol que en el gol en sí mismo. Por eso no entiendo que en algunos sitios se hable de él como el nuevo Cristiano Ronaldo. Si acaso, puede recordar más a Figo, si se le quiere comparar con un referente más conocido.

Como su compatriota y coetáneo Joao Félix, le falta un poco de sangre y garra para chocar con los defensas, ayudar en tareas defensivas o tomar ciertas responsabilidades. Tal vez con el tiempo explote en ese sentido, pero parece que en ese factor tampoco tiene mucho sentido la comparación con Cristiano Ronaldo.

Francisco Antonio Machado Mota Castro Trincao cumplirá 21 años en los últimos días del año. Cuando esto suceda, ya formará parte de la plantilla del Barça, que se aseguró su fichaje durante el mercado de invierno pasado. En el momento de su fichaje, no había jugado aun ni siquiera 20 partidos en la primera división portuguesa y acababa de empezar a ser titular. Es normal que su fichaje generara dudas, pagar más de 30 millones de euros por un jugador aun sin madurar da que pensar, más si Jorge Mendes está por medio de la operación.

Nacido en Viana do Castelo, al norte de Portugal, inició su carrera en el Vianense local. Con solo nueve años, el Oporto le tuvo a prueba durante un año. Pero no funcionó y volvió al equipo de su ciudad natal. Antes de cumplir doce años, el Sporting de Braga le reclutó para sus categorías inferiores.

No solo en su club fue subiendo escalones, también lo hizo en su selección. Lleva en el equipo nacional desde que poco antes de cumplir 16 debutara en la categoría sub 17. Al año siguiente, debutó con el segundo equipo bracarense, pero hasta el día antes de cumplir los 19 años no pudo enfundarse la camiseta del primer equipo. Fue en un partido de Copa de la Liga ante el Vitória de Setúbal. Le llegó la oportunidad unos meses después de haber sido estrella y máximo goleador en la Euro sub 19 que Portugal ganó en un equipo con otros jugadores importantes como Diogo Jota o Rúben Vinagre.

Así que, como decíamos, el fichaje del Barça le ha llegado con apenas un año de carrera en el fútbol profesional de primer nivel. Año en el que le han llevado con mucha calma, con más suplencias que titularidades. Aunque en el filial empezó jugando como extremo izquierdo, es como extremo derecho, a pierna cambiada, donde ha mostrado mayores cualidades. No suele jugar demasiado pegado a la banda, sino que habitualmente se sitúa unos metros hacia adentro, dejando carril al lateral y apoyando al centro del campo en el principio de la fase de finalización de la transición de defensa a ataque.

Como decíamos antes, tiene salida con el regate hacia banda y hacia el interior. Es increiblemente técnico y rápido de mente para buscar soluciones cuando parecen imposibles. A pesar de jugar a pierna cambiada, no suele buscar el pase y no el disparo. Es muy peligroso con la precisión que muestra en el pase interior, y suele poner buenos centros a pierna cambiada. Con balón suele combinar muy bien con sus compañeros, ofreciéndoles balones en posiciones ventajosas. Además, al regatear, suele descolocar defensas y romper líneas.

Adolece de falta de colmillo en el área. No suele entrar con fe ni decisión a buscar remates, no sabe posicionarse para ello en las proximidades de la portería, no ataca el segundo palo, etc. Suele quedarse por alrededor de las zonas en las que se cuece el gol, aunque algún buen disparo lejano ha mostrado ya.

Igual que no pelea ni cuerpea con los defensas rivales para atacar, tampoco es demasiado feroz a la hora de defender. Es disciplinado para ocupar su lugar en la transición defensiva, incluso se esfuerza a correr en la presión, pero no va en su genética apretar al defensa cuando toca, le falta agresividad y carácter. Sin ser la defensa su fuerte, al menos no es un jugador que vaya a dejar tirado a su equipo en esta fase del juego.

En las jugadas a balón parado, es una opción como lanzador, o una buena pieza para dejar en el rechace. A pesar de que es alto, vuelve a faltarle carácter para entrar al remate. Igual le ocurre en defensa de estas acciones, con más de 1'80 m podría ayudar a sacar balones del área, pero parece mejor dejarle en la salida al contraataque.

En conclusión, estamos ante un maestro de dribling, heredero de la gloriosa estirpe de extremos portugueses, al que en Can Barça (una vez que podemos obviar esa absurda comparación con Cristiano Ronaldo) puede que acaben comparando con otros que pasaron por el club. Si la moneda sale cara, se acordarán de Figo, si sale cruz, rememorarán a Quaresma o Simao. Ambos llegaron demasiado jóvenes y se estrellaron desde sus primeras actuaciones.

Y no desdeñen la influencia de su nombre. En un fútbol bastante influenciado por la tiranía descorazonada de las redes sociales, llamarse Trincao da pie a mucha broma. El descrédito de los fichajes de la Junta de Bartomeu entre los culés llevarían a muchos a buscar el chiste fácil si el joven vianense falla un par de pases o le salen más un par de regates en sus primeros partidos.

Necesitarán mucha mano izquierda con un joven de enorme talento, pero con algunos déficits notables. Setién (o quien ocupe la próxima campaña el banquillo azulgrana) tendrá que valorar cómo guiarle. Tal vez una cesión podría ser buena salida para él. Necesita minutos para crecer, pero no le favorecerá la gran presión que supone estar en un club de ese nivel. Dar el salto de empezar a ser titular en el Sporting de Braga a jugar para el Barça, uno de los grandes de Europa, es como saltar sobre el abismo. Veremos si es capaz de triunfar en este regate.


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