Entre tsunami y tsunami con nombre de película de superhéroes, es lo que hay, el cine pasa semanas de travesía en el desierto con la gran masa mirando hacia otro lado a la hora de entretenerse (esperando el siguiente estreno de la Marvel) y el cinéfilo de pro reptando de sala en sala en busca de una gotita de agua que alivie su sed. Nada más lejos yo de alinearme en el bando de los que detestan por decreto a los superhéroes, soy el primero que paga gustoso la entrada por ver en la gran pantalla, sueño de infancia, a los personajes cuyas viñetas tantos años me han acompañado. Pero también es cierto que la dieta, al menos este año, parece estar basada en proteínas y esteroides exclusivamente, y la cosa está más que canina en todo aquello que no tiene relación con el megataquillazo de proporciones cataclísmicas. Tampoco es eso, ¿no? Y en esos niveles de callejón sin salida se topa uno con esta cinta del subgénero "peliculilla de intriga", que suele decir con tino mi madre, y decides darle una oportunidad cuando en condiciones normales habrías olvidado el cartel nada más quitar la vista de él…
"Triple 9" parece significar en la jerga policial de Yankilandia algo así como "agente herido, prioridad total", lo que viene siendo normalmente un eufemismo de la expresión "se han cargado a un compañero, esto es la guerra". Justo esa es la situación que pretende provocar una banda de delincuentes, entre los que hay algunos policías corruptos, para generar caos y falta de efectivos en el lugar donde planean dar el verdadero golpe. Detrás de todo ello, evidente, hay más gente y más complicaciones de lo que aquí se cuenta, y la ensalada de tiros acaba siendo más que un entrante, también plato principal y postre.
La historia, que cuenta con reparto muy, muy coral y de primera división, empieza infinitamente mejor de lo que acaba, dejándose contaminar por la violencia cuyo ruido pretende maquillar el descerebre que se acaba imponiendo. No obstante, dependiendo de la ciudad en la que vayas a verla y lo que te cueste la entrada, puede que sirva para pasar un rato de palomitas (a lo que añado lo mismo de lo del precio de la entrada y la ciudad) desconectando del mundo y de todo lo políticamente correcto, que a fin de cuentas es una de las posibles funciones del cine.
Entre las caras conocidas podemos resaltar, crisol de originalidades, que aparece Woody Harrelson haciendo de Woody Harrelson, Aaron "Breaking Bad" Paul haciendo de clon de Jesse Pinkman, Norman "The Walking Dead" Reedus haciendo de tío chungo, o a Casey Affleck protagonizando con el papel de policía rumiante; qué manía y qué asquito de costumbre esa de aquellos lares de que cuanto más tiempo pases al día mascando chicle y cuanto más nos lo enseñes con la boca abierta, más machote eres. Antes de entrar en ebullición y hacer una disertación sobre la educación y el chicle que se aleje definitivamente de lo que nos concierne, vuelvo al tema añadiendo en el conocido reparto a Chiwetel Ejiofor, Anthony Mackie o Kate Winslet haciendo de choni de la mafia rusa en lo que es el peor papel de su carrera y en el que se la ve más perdida si cabe que la mayoría de sus compañeros de plantel. Mucho debía esperar de un guión que no puede nunca desembocar en nada más que en peli aseadita o mucho debía necesitar el contrato. Así están las cosas a la espera de que Thor, Spider-Man o el Capitán América vuelvan a salvar al mundo.
Dirección: John Hillcoat. País: USA. Género: Drama, thriller. Intérpretes: Aaron Paul, Kate Winslet, Norman Reedus, Gal Gadot, Michael B. Jordan, Teresa Palmer, Casey Affleck, Woody Harrelson, Chiwetel Ejiofor, Anthony Mackie, Michael Kenneth Williams, Luis Da Silva Jr., Michelle Ang, Clifton Collins Jr. Guión: Matt Cook. Música: Atticus Ross. Fotografía: Nicolas Karakatsanis. Estreno en España: 6 Mayo 2016.