Foto: ANTONIO J. GERALDES /Burladero.com
“Es de Málaga y enseña férreo carácter castellano, aplomo de acero forjado en el norte y la gracia capotera de su tierra natal. Su primero, de testa menguada y bizca cuerna, también se durmió lo suyo, como si embestir humillado le costase trabajo arduo. A las primeras de cambio así lo aparentó, lo puso de manifiesto en banderillas con su apretar para dentro y lo promulgó en la muleta de un Fortes de hielo. Este Ventorrillo al menos humillaba bien y con solo eso le sobró a Fortes para cimentar faena de compás abierto, muleta rastrera y zapatilla clavada a morir.
Busca el espigado malagueño el toreo puro, seco y sin aditivos, primero en la distancia y luego en las angustiosas cercanías, el toreo de bragueta que cuesta hacer y poner en caché a los toreros. Lo hizo Fortes, sobremanera en una sobresaliente serie a derechas y otra notable a izquierdas. Hasta que, como Gallo, quiso imponer su ley de parar al escarbador en el muslo tras uno de pecho. El cobarde, que andaba a la caza de los adentros, no soportó tanto descaro del joven insurrecto y se lo echó a los lomos con violencia tamaña que le partió la nariz. Ni una sola arruga apareció en el valor de Fortes, que siguió impertérrito su ambiciosa labor, para instalar el clamor en la difícil frialdad de unos tendidos cuasi vacíos.
Y se fue tras la espada para cobrar el botín de dos orejas que darán credibilidad a una carrera que cualquier día se dispara a las estrellas. Con la puerta grande ya abierta no le llegó el conformismo, aunque la manifiesta cobardía del jabonero sexto invitase a ello, sobre todo tras desmontar al valiente piquero Sandoval, que defendió el caballo en el suelo poniendo en juego su vida.
Ese toro huidizo, ese torero valiente. Ese rubio animal que buscaba esconderse y ese torero espigado de largos brazos buscando pelea y billetes. No fue brillante la tarea ardua de poner en valor una pelea donde solo uno quería atacar. Pero lo hizo Fortes, el anónimo forastero afincado en el extra radio y que hoy ya cuenta con tres mil seguidores más.”
Javier Hernández en Burladero.com
“El malagueño Jiménez Fortes volvió, como en Almería a ofrecernos el mejor toreo, el más de verdad. Dos tandas o tres por el derecho después de haber abierto la faena con buen son, que significaron la tarjeta de presentación en Salamanca, con reposo, con temple y con ligazón. Dos tandas de naturales de importancia que cautivaron al personal, y una estocada de aúpa. También se llevó un revolcón del que salió con la nariz rota. El sexto un jabonero en tipología charolesa, manso que embistió con el pecho y sin emplearse. Fortes estuvo valiente e intentó meterlo en vereda pero aquella mole de descastamiento no merecía esfuerzos vanos.”