Truco - consejo para las berenjenas rebozadas

Hace unas semanas os hablé de lo mucho que nos gustaban las berenjenas rebozadas. Ya entonces me preguntásteis por algún truco para hacer que no cogieran tanto aceite. Ya sabéis que tienen esa fea virtud de coger toda la grasa que van encontrando a su paso.
Pues hace unos días en un programa que hay en La 1 por la mañana, en su especial de cocina, trataban este tema. Yo no lo vi, no suelo ver la tele mucho y menos por las mañanas (que no la veo nada), pero mi madre rauda y veloz tomó nota y las hizo. Os cuento:
Cortamos la berenjena en rodajas y las dejamos macerar en leche, hasta cubrirlas. Lo dejamos como una hora, tranquilamente en el frigorífico. Después escurrimos la leche, las salamos y pasamos por harina. Se fríen, se escurre el aceite y listas para comer.
La berenjena se empapa en la leche, con lo cual no deja penetrar aceite, actúa como barrera. Y encima están muy jugosas y tiernas. Además, ya sabéis que alguna berenjena tiene cierto picor, pues la leche lo suaviza. En definitiva, suavizamos el sabor, nos evitamos el huevo, añadimos leche a este plato, lo desgrasamos en gran medida. Me parece una opción estupenda para toda la familia.
Yo ya las he probado y he dado el visto bueno. Os animo a hacerlas así.