Recordemos esas míticas frases: "Para presumir hay que sufrir" (Todo el mundo, siempre), y "Los tacones son un doloroso placer" (Christian Louboutin, tenía que vender tacones).
Y ahora admitamos una realidad: los tacones destrozan los pies. Duelen. Matan. Torturan.
Pero... Son TAN bonitos y quedan TAN bien...
Y los llevamos. ¡Sí! Porque son bonitos, porque nos hacen más altas, porque estilizan, porque son elegantes...
Pero no somos tan tontas, no. Tenemos nuestros truquitos para hacer menor esa tortura tan deliciosa. Hoy voy a compartir con vosotras algunos de esos truquitos, ya que acabo de venir de una graduación y no he podido pensar en otra cosa.
Antes de comprarlos
En la tienda. Estamos frente a un montón de tacones preciosos. Por nosotras nos llevaríamos todos. Pero no debe ser así, hay que elegir bien. No a todas nos queda bien todo y, además, hay algunos menos dolorosos y más recomendables que otros.
1- ¿Sabes bien tu número?: Yo tengo un 37 de normal, pero con tacones debe ser un 36. Esto es porque el pie debe quedar exactamente ajustado al tacón para evitar que nos baile y se deslice hacia abajo. Coger un número más por error o costumbre puede hacer que te duela el tobillo y que el pie se mueva. Coger un número menos hará que el pie se sienta estrujado, sobre todo en los dedos. Antes de comprar, probad el mismo modelo en varios números.
2- Sujeción delantera: Los tacones abiertos son un error, pues no sujetan el pie y uede hacer que te tambalees con más facilidad.
3- Plataforma siempre: La plataforma no solo es algo que queda bonito en el zapato, sino una ventaja. Cuanta más plataforma, menos diferencia de altura entre planta y talón, y más comodidad.
4- Tacón ancho: Yo tengo unos negros que son maravillosos y siempre me los pongo porque son comodísimos. Todo porque tienen tacón ancho. No solo evita el dolor y aporta comodidad, sino también estabilidad. El tacón fino es estiloso, pero hace que nos tambaleemos.
El día antes de ponerlos
1- On the rocks: Los zapatos mejor con hielo. No, es broma, pero lo que es cierto es que uno de los trucos más famosos es meter los zapatos en la nevera durante toda la noche anterior a ponerlos. Se llena de agua dos bolsas de congelación (O parecidas) y se meten en los zapatos antes de meterlos en el congelador. Cuando el agua se haga hielo, los zapatos cederán. Y al ponerlos, se adaptarán mejor al pie, además de aportar frío, que calma el dolor y mejora la circulación.
2- Ensaya: Esto es una tontería, pero es necesario. Los días anteriores paséate con los zapatos, especialmente si son nuevos, para acostumbrarte Hay quien lo hace con calcetines puestos, para que cedan.
3- Nivea: Siempre se ha dicho con Nivea, pero imagino que sirve cualquier marca. Unta el zapato por dentro y déjalo toda la noche con la crema. Así se reblandece.
El día de llevarlos
1- Antifricción: Hay toda clase cosas a la venta que ayudan a evitar dolores, como los sprays y sticks antifricción. Ayudan a evitar heridas y rozaduras. El dolor de la forma ya es suficiente, como para añadirle más.
2- Plantillas y almohadillas: Las conocemos de memoria, ya que no solo nos hacen falta con tacones. Sirven para muchas cosas: acolchar la planta para amortiguar la pisada, evitar que el pie se deslice, evitar heridas en el talón...
3- Atar los dedos: Este admito que no lo he probado y soy escéptica, pero lo he oído por ahí varias veces y siento el deber de divulgar la palabra. Basta solo con unir los deditos tercero y cuarto con esparadrapo (color carne, mejor). Esto, según he leído, se debe a que hay un nervio que se divide en estos dos dedos y que es el causante de parte del dolor que nos generan los tacones. Habrá que probar.
4- Para evitar ampollas: Date en el pie desodorante en barra. No evitará el dolor por altura, pero sí las ampollas.
Y si todo falla...
¡Manoletinas en el bolso!
En realidad no hay trucos milagrosos. Cuentan que las famosas se operan los pies para inyectarse grasa que actúe como colchoneta, pero eso nosotras no nos lo podemos permitir. Eso sí, por mucho dolor que causen, no dejaremos de llevarlos.