Trucos para que nuestros hijos nos obedezcan

Esta misma semana publicaba un artículo en www.miximoms.com, web donde colaboro periódicamente, un artículo relacionado con el de hoy 3 pasos para que nuestros hijos nos obedezcan. En él intento en primer lugar explicar por qué nuestros hijos nos suelen desobedecer y establezco 3 pasos para mejorar el modo de comunicarnos con nuestros pequeños. En el artículo de hoy en Mamá Psicóloga Infantil hablamos sobre algunos trucos para que nuestros hijos nos obedezcan.
En otros artículos publicados en este blog, como por ejemplo:

• Mi hijo no me obedece, no hace caso a nada. ¿Por qué? 
• Mi hijo no me obedece: ¿qué hacer?
• Mi hijo dice NO a todo ¿qué hacer?
• ¿Qué hacer cuando un niño de 3 años no nos obedece?
• ¿Por qué no me hace caso mi hijo de 2 años?

hemos hablado y hablado reiteradamente del problema de la no obediencia de nuestros hijos. Así que siendo un tema recurrente por lo difícil que parece ser que nuestros hijos nos hagan caso, vuelvo a escribir sobre ello dando algunos trucos que pueden ayudarnos a que nuestros hijos nos obedezcan, aunque muchas veces parezca una misión imposible.

Trucos para que nuestros hijos nos obedezcan:

1. Salir o retirarlo del lugar donde se está creando el conflicto. Cuando esté en una situación que esté generando tensión o conflicto o cuando esté a punto de tocar algo que no debe lo mejor es decir un NO claro y rotundo. A la vez que decimos NO debemos quitar el objeto u al niño del lugar, si es preciso lo sacaremos incluso de la habitación. Este es un truco para niños pequeños que funciona para niños de entre 12 y 36 meses. 
2. No enfadarnos ni ser agresivos aprenderá mejor si guardamos la calma. Basta con la aplicación consistente y sistemática del “no” acompañado de la retirada. Con el tiempo el “no” se irá convirtiendo en una señal suficiente.
3. No es el momento de dejar elegir. Lo importante, cuando hemos de prohibir algo a un niño de esta edad, es evitar toda posibilidad de elección, desafío o regañina. De nada vale un discurso lleno de prohibiciones y amenazas. Si nos alteramos o le prohibimos de forma altisonante, en realidad le estamos tentando. Tampoco vale de nada entrar en explicaciones y hablarle como a un igual. La mejor política es la acción directa, llevada a cabo, eso sí, con tacto y serenidad. Muchas veces nos encontramos con que nuestros hijos nos retan y desafían para ver si al final pueden 
4. Se ingeniosa, hábil y astuta. Los niños de 12 a 36 meses son muy fáciles de distraer, así que una de las estrategias que nos pueden ir muy bien aplicar el método de la distraccióndad los niños son muy fáciles de distraer, y cuando se encandilan con un objeto prohibido suele bastar con darles otro lo bastante atractivo (llaves, linterna, cascabel, campanilla) para que su interés pase al nuevo.
5. Necesita pasar por esta fase de autoafirmación: sé flexible. Entre los 2 y 6 años nuestros hijos pueden atravesar por alguna etapa que conocemos como "pequeña adolescencia" tratada también en algunos de los artículos publicados en Mi Mamá Psicóloga Infantil.
6. El afán de explorar y tocarlo todo (por otro lado tan sano) es uno de los  factores que les lleva a desobedecer.  Te recomiendo la lectura del artículo "El niño de 2 años: inquieto, impulsivo y explorador
7. También está la oposición o negativismo, un modo de autoafirmación que se acentúa hacia el segundo cumpleaños y que complica la vida a los padres, ya que los niños parecen negarse a todo. Pero hay trucos que lo suavizan: 
1. sugerir en vez de ordenar,
2.  dejar pasar unos minutos antes de repetir la orden, 
3. conducir físicamente al niño con suavidad y halagos hacia la actividad que rechaza, 
4. avisarle con tiempo,
5.  ofrecer algo a cambio, 
6. elegir bien el momento,
7. ...

No entremos en disputas, seamos flexibles, hábiles y persuasivos: no olvidemos que estamos tratando con un niño.

Estos trucos pueden ayudarnos a que nuestros hijos nos obedezcan o que como mínimo no estemos todo el día regañándoles o diciendo constantemente NO. Vivir bajo estas situaciones es muy estresante, tanto para nuestros hijos como para nosotros, a la vez que cansado y muy poco constructivo. Así que si somos capaces de reducir el número de veces que debemos decir NO estaremos construyendo un clima más favorable para toda la familia, reduciendo el estrés, el cansancio y la irritabilidad que todo ello nos comporta.