¿Alguna vez te has preguntado en donde encajarías tu pasión si la encuentras? Si tu pasión requiere de herramientas, equipamientos, conocimientos, libros, en dónde las meterías en tu casa actual? A lo mejor no estás encontrando tu pasión, porque no has dejado espacio para acomodarla en tu vida.
Lo que valores requiere espacio
Teóricamente todas las cosas en tu casa deberán tener una razón de ser, ya sea porque las utilizas regularmente o porque embellecen tu hogar. Sin embargo, a veces la ecuación se invierte y acabas valorando las cosas, porque ocupan espacio. A tu cerebro le encanta inventarse razones por las que no puedes tirar nada (fue un regalo, me costó mucho dinero, es un recuerdo, era de mi madre, …). Al fin y al cabo es más fácil justificar lo que tienes que cambiar algo y deshacerte de aquellas cosas que no te sirven.
Y así vas acumulando más y más hasta que ya no cabe nada en tu casa. Los armarios se desbordan, es imposible sacar una olla sin desmontar el tetrix al lado del horno, y hasta tu balcón ha disminuido a causa de los armarios de almacenamiento que ahora ocupan el lugar donde algún día querías instalar un huerto urbano. Parece que el piso te ahoga, pero como estás acostumbrada casi no te das ni cuenta.
Antes de añadir, hay que restar
Así que te sientas en tu salón lleno de atrapa-polvos y tiralotús a la espera de que la pasión te invade y sepas a qué dedicar el resto de tu vida. La pasión asoma su cabeza, mira a tu alrededor y decide picar la puerta del vecino. No sabría dónde meterse entre tanta distracción y seguramente que tú tampoco la viste pasar, porque estabas demasiado ocupada en reorganizar una estantería para ver si consigues un visual algo menos alborotado.
Si ya no cabe ni una prenda en tu armario, ¿cómo piensas cambiar de look?
Si tu cocina no permite el acceso fácil a los ingredientes, ¿cómo piensas mejorar la alimentación?
Si tu balcón está lleno de bombonas de gas vacías y de productos de limpieza varias, ¿cómo piensas experimentar con tu huerto urbano?
Si tu escritorio está compuesto de miles de distracciones, ¿cómo piensas ser creativa en tu emprendimiento?
Podrías mudarte a un piso más grande, o puedes aprender a sacar de tu vida aquellas cosas que ya no te hacen falta. Si ya no escuchas la misma música que hace cinco años, ¿por qué sigues rodeándote con las mismas cosas?
Más espacio, más libertad (y menos limpieza)
No siempre es fácil deshacerte de todas aquellas cosas que desde hace años ya no utilizas. Aunque ni recordabas que las tenías, en el momento que las tocas, a tu cerebro le paralizará el miedo a la pérdida (aunque se trate de una taza de publicidad) y empieza a inventarse mil razones por las que justamente ESTE cacharro es fundamental para la integridad de tu persona. La ventaja es que no eres la primera que pasa por este proceso así que existen muchos recursos para facilitarte la experiencia (inspírate aquí).
La buena noticia: deshacerte de las cosas que no añaden valor a tu día a día se puede aprender y con el tiempo se vuelve más intuitivo y más fácil. Trucos como sacar una cosa de tu casa al día o de darle prioridad a la renovación frente a la acumulación son buenas ideas para iniciar el camino y abrir espacio en tu casa. Con más espacio, las ideas fluyen más fácilmente. Y quién sabe, a lo mejor hasta encuentras tu pasión en el camino, ahora que tienes espacio para acogerla.
No te agobies con el caos en tu casa. Empieza con tu cocina y aprende a revisar tus pertenencias según tus valores: Simplifica tu Cocina (libro)