La tularemia es una enfermedad de los mamíferos salvajes, causada por Francisella tularensis, más frecuente entre los 30 y 71º de latitud norte.
Se presenta por brotes esporádicos, y afecta a todas las edades y razas.
Causas de la tularemia
Es producida por la Francisella tularensis, cocobacilo corto y pleomórfico que puede mostrar tinción bipolar, aunque se manifiesta más frecuentemente como bacilo gram negativo que no forma esporas.
Se transmite al hombre por:
- picaduras de artrópodos
- contacto directo con animales infectados
- inhalación de aerosoles
- ingestión de alimentos o agua contaminada
Necesita dosis infectante muy bajas de menos de 100 microorganismos.
La mayor parte de las veces se adquiere por contacto con conejo o garrapata infectados. También pueden infectarse otros mamíferos como ardillas, ratas almizcleras, tejones y ciervos. Asimismo, se ha implicado el mordisco o arañazo de perro o gato doméstico, después de haber ingerido algún roedor infectado.
El vector habitual es la garrapata o el tábano.
Hay que considerar que la garrapata puede actuar también como reservorio, al transmitirlo a su descendencia por vía transovárica.
La Francisella tularensis infecta a los órganos reticuloendoteliales y produce granulomas caseificantes y abscesos, que confieren inmunidad duradera de tipo celular.
No se transmite de persona a persona.
Síntomas de la turalemia
Tras un período de incubación de 2-5 días, aparece fiebre, malestar general y escalofríos.
Existen distintas formas clínicas según la puerta de entrada:
Tularemia ulceroglandular
Representa el 70-80% de los casos de tularemia. Se origina por inoculación a través de la piel. Se produce una pápula local que se necrosa y se ulcera. Los ganglios linfáticos regionales aparecen tumefactos y dolorosos.
Tularemia glandular
Representa el 5-10% de los casos de tularemia. El cuadro clínico es similar al anterior excepto la ulceración.
Tularemia oculoglandular
Representa el 1-2% de los casos de tularemia. Se origina por tocar la conjuntiva con el dedo infectado o al llegar una gotita al ojo. Aparece conjuntivitis purulenta dolorosa que origina lesiones granulomatosas amarillentas en párpados y adenopatías preauriculares.
Tularemia tifodica
Representa el 5-15% de los casos de tularemia. Se origina por inoculación directa, por vía digestiva o respiratoria. La clínica asemeja fiebre tifoidea, con manifestaciones abdominales y fiebre prolongada.
Tularemia pulmonar
Se origina por inhalación y por siembra tras diseminación bacteriémica en pacientes con alguna de las otras formas clínicas de tularemia.
Tularemia orofaringea
Origina cuadro clínico de faringoamigdalitis aguda o membranosa, con fiebre y adenopatías cervicales.
¿Cómo se diagnostica?
Francisella tularensisDebido a que es una enfermedad rara y a que la Francisella tularensis tiene requerimientos especiales de crecimiento, es necesario informar al laboratorio de la sospecha de la misma.
El cultivo de este microorganismo requiere agar sangre con glucosa y cisteína o cistina, y caldo tioglicolato a 37ºC en aerobiosis.
A las 24-48 horas, las colonias son opacas, lisas y pequeñas.
Puede recurrirse a medios de cultivo con penicilina y polimixina B. También parece útil el medio de Thayer-Martin.
La identificación de la Francisella tularensis puede realizarse por:
- características morfológicas: cocobacilo gram negativo pleomórfico.
- propiedades biológicas: inmóvil, fermenta ( glucosa, maltosa y manosa) y origina.
- sulfídrico en medios con cisteína.
- técnicas de inmunofluorescencia.
- técnicas de aglutinación frente a sueros específicos.
Los anticuerpos aparecen al cabo de una semana y se encuentran títulos positivos en 50-70% de los casos al cabo de dos semanas.
Son significativos títulos de 1/80 ó 1/160.
Se origina un aumento de título de al menos cuatro veces más, cuando se realizan dos extracciones de suero separadas dos semanas aproximadamente.
Recordar que los anticuerpos también reaccionan con la Brucella, y deben someterse los sueros a un proceso de absorción de aglutininas.
Otra forma de diagnóstico, es el test cutáneo, ya que la Francisella es un parásito intracelular facultativo del sistema reticuloendotelial, y origina estado de inmunidad mediada por células.
Tratamiento de la turalemia
El tratamiento de elección es la estreptomicina a dosis de 15-20 mg/kg/día intramuscular ó gentamicina a dosis de 1.5 mg/kg/8 horas vía intravenosa, durante un período de 14 días.
Se han propuesto como alternativas el cloranfenicol y las tetraciclinas, pero presentan mayor número de recaídas.
¿Cómo puedo evitarla?
Es importante el uso de guantes de goma y la protección ocular cuando se manipulan mamíferos salvajes potencialmente infectados.
Hay que eliminar de forma rápida las garrapatas.
Existe una vacuna atenuada administrada por escarificación, para los trabajadores de laboratorio y los pacientes que no pueden evitar el contacto con los animales infectados, que confieren protección parcial.
Las medidas preventivas incluyen pues:
- educación sanitaria
- protección pasiva al manipular animales
- lucha contra los artrópodos
- empleo de ahuyentadores
- vacunación
Debemos acudir al médico cuándo se presenten los síntomas ya descritos.
Si trabajamos con animales potencialmente contagiosos es recomendable consultar al médico acerca de la vacuna, para evitar el contagio.