Pensarás que me he vuelto loco, pero es la realidad. Son la base de cualquier negocio. Sin una buena relación personal y profesional con los empleados, no conseguirás clientes y mucho menos mantenerlos. No puedes tratar bien a los clientes y no valorar a los empleados. Es incongruente y al final todo se nota. Eso sin olvidar que, siguiendo la línea del Endomarketing, los empleados son clientes internos muy importantes como los clientes externos.
Conviene recordar que el mejor activo de las empresas son las personas. Los emprendedores no crean negocios, sino que crean estructuras formadas por personas afines a unos valores y misión que luego éstos junto con el emprendedor dan forma a la empresa y su cultura y gestión. En función de su talento y grado de compromiso, los resultados empresariales serán más factibles o no de alcanzar.
¿Cómo sacarles el máximo aprovechamiento? En mi opinión, dándoles cierta libertad. Sí, sé que puede sonar descabellado, pero creo que es mucho mejor. Exígeles resultados, pero sé un poco flexible con las formas. Un cierto desorden en las oficinas, despachos pintados con ciertos colores, el hecho de tener cierta libertad horaria, etc estimulan la creatividad y la productividad de los empleados. Y esto es muy importante, ya que este siglo vendrá marcado por la utilidad de las ideas ante un entorno altamente disruptivo y no tanto por el tiempo invertido o el producto generado.
Incluso, la remuneración económica dejará de ser suficiente, ya que, atendiendo a la Pirámide de Maslow, el empleado podría buscarse otras empresas que le permitan realizarse con nuevos retos. Por ejemplo, en la Era Industrial ocurría y los empleados no solían durar más de 2 años en sus puestos de trabajo en la fábrica por sus rutinarias labores.
Tampoco olvides que los mercados se están polarizando y dentro de poco viviremos en las empresas una “guerra por el talento”. No hay mejor forma de retener a tus empleados que cautivándolos. Algunas empresas como, por ejemplo, Amazon o Zappos han tomado nota de ello e, incluso, pagan a los empleados que quieran marcharse para así quedarse con los más comprometidos.
Al fin y al cabo, todo esto es como una especie de “karma”. Dales motivos para querer seguir en tu empresa y ellos te lo devolverán con una productividad, compromiso, prescripción, difusión, etc mayores de lo habitual. Son uno de tus grandes embajadores de la marca. No les des motivos y tendrás más probabilidades de que esto se vuelva en tu contra de alguna forma. Esto es lo que diferencia a los líderes de los jefes.
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