Ya os anuncié a bombo y platillo (bueno, no tanto, porque soy de natural pudorosa) que iba a salir en la tele haciendo bollos de mantequilla con David de Jorge, ese hombre grandioso en todos los sentidos que lleva 600 programas dando envidia a los televidentes de Euskadistán a la hora de comer.
El programa en el que salgo yo metiendo las manos en harina y chupándome el dedo sin rubor se emitió ayer, y a pesar de que mi lado pesimista y agorero me hacía sudar pensando que lo había hecho fatal, me lo pasé bomba viéndolo.
Como podéis comprobar, parece que desayuné lengua y no paro de cotorrear en ningún momento. Lo bueno es que se nota que lo pasamos genial, que hemos compartido la buena nueva de los bollos de mantequilla con el mundo entero y que igual mucha gente se ha entretenido durante un ratín viéndonos cocinar.
Otra muestra de mi verborrea sin límite (algunas personas cuando se ponen nerviosas se quedan cortadas; yo al revés, hablo y hablo en eternos circunloquios), ayer por la mañana con el mismo anfitrión de lujo, en Radio Euskadi. Minuto 03:11:00
La receta de los bollos la tenéis en el blog de Robin Food y también aquí, con la fórmula magistral del libro de El Amparo. Dedicada con todo el cariño a David, que el pobre no pudo más que olerlos, y a la madre que le parió.
¡De aquí a la estratosfera! ¡¡Viva Rusia!!
Pd: cocinar, hablar, mirar a cámara y estar erguida y sonriente todo al mismo tiempo es un poco (mucho) más complicado que hacer bollos vestida con pijama en mi cocina minúscula ;)