Revista España
Úbeda y Baeza son dos joyas al norte de Andalucía.
Quien espere encontrar la cal, el sol y los geranios que parecen simbolizar la cara más amable y reconocida del sur deberá tomar otros caminos.
Y es que Úbeda y Baeza, situadas en el corazón de la provincia de Jaén, son dos destinos excéntricos que guardan mayor parecido con las grandes ciudades castellanas que con los pueblos que motean como copos de nieve la variopinta geografía andaluza.
Ambas son ciudades hermanas y las dos merecieron hace años el título de Patrimonio de la Humanidad por su excelso catálogo monumental y artístico.
Nacieron a la historia mucho antes del siglo XVI, pero fue a lo largo de esos cien años cuando se levantó su patrimonio, su fama, su leyenda.
Por resumirlo en una frase: Úbeda y Baeza son el más vivo ejemplo del renacimiento. La primera representa la arquitectura privada y el poder civil y la segunda la arquitectura pública y el poder religioso.
Úbeda es una ciudad mayor que Baeza, tiene más habitantes, ejerce de capital comarcal y su comercio es una tentación para los pueblos de su alrededor.
Pero en Baeza hay un rumor constante de poesía, un aliento conmovedor que parece escrito en los versos de Antonio Machado.
Sea como fuere, Úbeda y Baeza son un mismo destino. No es posible concebir una sin la otra.