Luego de haberse disputado los cuatro encuentros de cuartos de final de la Champions League, puede destacarse una similitud que atraviesa todos los cruces. Es que ninguno de los equipos que jugó como local en los cruces de ida ha podido conseguir la victoria.
No ha podido el Milan con el Barcelona, tampoco Benfica con Chelsea y mucho menos el APOEL con el Real Madrid. Quien confirmó la regla fue, entonces, el Olimpique de Marsella, o mejor dicho el Bayern Munich, que se impuso por 2 a 0 en el Stade Vélodrome y casi que selló su pase a semifinales.
El equipo bávaro impuso todo su potencial ofensivo, aquel que había mostrado en la vuelta ante el Basel (al que eliminó con un contundente 7 a 1), y se aprovechó de un Marsella que está pasando por una crisis. Los dirigidos por Didier Deschamps marchan novenos en la Liga de Francia y han quedado rápidamente eliminados en la Copa local por el US Quevilly, club de la tercera categoría.
Dicho en propias palabras del entrenador del conjunto galo, “el primer gol antes del descanso nos ha hecho muchos daño”. Mario Gomez marcó el onceavo tanto en lo que va de la competencia y se puso así a uno de Lionel Messi en la tabla de goleadores. El restante fue de otra de las figuras que tiene el Bayern, Arjen Robben, luego de una gran combinación con Thomas Müller.
De esta manera, los alemanes pueden respirar tranquilos y casi que ya pueden comenzar a pensar en la siguiente fase, donde los espera nada menos que el Real Madrid. El entrenador Jupp Heynckes, se anima a pensar más allá:
Si nos enfrentamos al Real Madrid en las semifinales será algo grande, ya que yo tengo muchos amigos en Madrid cuando fui entrenador en la temporada 1997/98. Sé que el fútbol español está muy bien, en particular el Real Madrid, y creo que ellos saben que no habría un favorito en esa eliminatoria