Desde lo alto de la carretera GU-211, que viene de Valverde de los Arroyos hacia Umbralejo (hay mucho que contar de este singular pueblo), se intuye el molino a orillas del río Sorbe. El Diccionario Madoz (año 1.846) recoge su existencia, aunque sospechamos que su origen es anterior.
Molino de balsa, la caz toma el agua del río Sorbe a 100 metros y la suelta 50 metros después; es lo único que se conserva en un estado razonable, además del enclave. El resto está comido por la maleza, en estado ruinoso y su visita resulta peligrosa (convendría poner un letrero bien grande para evitar desgracias).
De pequeño tamaño, construido en caliza y tejado de pizarra a dos aguas, aún conserva en su interior la muela (protegida por un caparazón a medida) y la tamizadora, en aparente buen estado. Viga verticales sujetan la viga del caballete que aún se mantiene. Escombros, restos de madera y basura de visitantes desaprensivos completan la imagen.
Una tapia rodea el molino y la pequeña parcela que servía de huerta. A pocos metros un refugio de montaña, sucio y abandonado, que dudamos cumpla con su cometido. El río Sorbe a la altura del molino crea una balsa, que permite refrescarse y es muy visitada por los pescadores.
Un bonito lugar de la Sierra Norte de Guadalajara, que podría ser aún mejor si se se limpiara de maleza, se descombrara el molino y se consolidara lo que queda. Sitio y arboleda tiene; las vistas vienen de serie.
Lar-ami
Archivado en: Actualidad, Paisajes y lugares, Rincones de Guadalajara Tagged: actualidad, Costumbres, cultura, Historia, naturaleza, Sierra Norte