Los músicos resultan todos muy versátiles. El bajista (Alejandro Iglesias) en algún momento canta y hasta hace un efectivo solo de Mini-Moog, Diego Trefny en batería es un relojito, y las coristas (Gabriela Gutierrez, Marina Wilensky y Laura Pardo) cumplen con sobriedad y oficio, sobresaliendo en "El Gran Baile en el Cielo".
El mérito de los guitarristas es ajustarse estrictamente al "guión" (Gilmour puede cambiar alguna nota y hasta pifiar. Otro no) y a la vez sonar espontáneos (Juan Verta hace los solos y Federico Cassola se encarga de los doblajes y el Pedal-Steel)
Pero la clave de Ummagumma son las excelentes voces. Si bien para un buen músico interpretar los temas de Floyd puede ser relativamente fácil (y el sonido se pule con tiempo y presupuesto) la voz es el detalle que hace la diferencia. Jorge Marchini (que además toca teclados y acústica) se mueve cómodo en los complicados registros de Waters, mientras el tecladista Ariel Mostatelli canta las partes más graves (como la estrofa de "High Hopes")...
El apoyo visual acompaña pero no distrae, aunque ganó protagonismo con proyecciones y juegos de luces muy esmerados...
Fué un show como de tres horas (con un pequeño intervalo) y el repertorio alternó discos y épocas, desde "See Emily Play" a canciones del período "Gilmour", pasando por -casi- todos los albumes de Pink Floyd. (Entre otras tocaron "Another Brick in The Wall", "Wish you were here", "Dogs", "Echoes", "Welcome to the Machine" y "Time")
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