Revista Infancia

Un alto en el camino

Por Viviendo Con Peques @ViviendoCpeques

Hay veces en las que nuestra vida comienza a coger demasiada carrerilla, poco a poco ganamos velocidad y llegamos a un punto en el que tenemos dos opciones: o bajamos el ritmo y paramos, o nos estrellamos. Por suerte, con el tiempo, he aprendido a conocerme bastante bien y cuando la velocidad va siendo demasiada siempre paro a tiempo, a veces en el límite, pero a tiempo. En ese momento estoy ahora mismo y por eso me toca hacer un alto en el camino.

Un alto en el camino

Tener dos hijos no es fácil (no es tener uno, así que cuantos más sumemos más complicado será), no por ellos, que los niños son maravillosos, sino por todo lo demás: la casa, los horarios, las obligaciones…nuestro ritmo de vida es bastante caótico trabajemos o no y eso nos hace vivir en un estrés continuo.

Si además de eso eres una persona con inquietudes (como yo) todo se complica más, pues tu cabeza trabaja al ritmo de siempre (y la mía va demasiado rápido), pero tu tiempo cada vez es menor, así que eso se termina transformando en dos palabras: estrés y caos. Una vez llegados a ese punto es el momento de parar, pensar y priorizar.

Vengo de un mes de abril en el que me he metido en muchos proyectos: he puesto en marcha la newsletter del blog, he creado un PDF gratuito para que podáis descargaros las “10 claves para sobrevivir a las rabietas infantiles”, he creado el taller completo de rabietas infantiles, he puesto en marcha junto con Patricia Valiente el Grupo de Apoyo “La vida con Peques”, he comenzado con la tienda en el blog e incluso he hecho mi primer Facebook life. Y desde que nació Inés me cambié yo sola toda la web, revisé todas las redes sociales, comencé a hacer un curso para mejorar con el blog…Si a todo eso le sumas la rutina diaria de niños y casa más otras cosas necesarias os podeis imaginar que mi nivel de estrés ha llegado a su punto más alto.

El blog es mi hobby, algo que me encanta, no gano dinero con él (excepto alguna colaboración puntual), no tengo obligaciones pero yo me las creo, me lo tomo en serio y me gusta cumplir con lo que hago y ofrecer además contenido de calidad. Normalmente la cosa va bien así, pero si de repente llegan meses en los que a esto se le suman nuevos proyectos (y abril ha sido la gota que ha colmado el vaso desde que nació la peque) me toca replantear las cosas…

Un alto en el camino

Ahora no estoy trabajando, estoy en unos meses en los que puedo disfrutar de mis hijos con la poca calma que la rutina diaria nos deja, y no quiero estar estresada o malhumorada por no haber llegado a tiempo a todos los plazos y objetivos que yo me impongo. Ellos no se lo merecen y yo tampoco, así que como os decía en estos casos hay que priorizar y dedicar un tiempo a lo estrictamente necesario, descargar y mejorar poco a poco para comenzar de nuevo con todas las fuerzas y ganas del mundo.

Es momento de desconectar por unos días, a lo mejor unas semanas o meses, de mejorar todos los proyectos que comencé estos meses, de centrarme en todo lo que tengo pendiente, de dedicar tiempo de calidad a los míos y una vez esté todo apañado volver de nuevo con ganas, energía, ilusión y mil cosas que contar.

Una vez nos contaron un cuento de una super mujer que siempre estaba guapa, perfecta, que tenía que dar una imagen estupenda, atender perfectamente a sus hijos, cuidar de su familia y llegar a todo; pero no nos contaron la segunda parte: la parte de que eso no es posible, y de que si alguien lo hace será a costa de algo muy importante: de olvidarse de su persona, de sus sentimientos y de sus necesidades, y eso jamás lo debemos permitir, por nosotros y por los que tenemos a nuestro lado.

Nos debemos estar bien porque sólo tenemos una vida y tenemos derecho a disfrutarla, y además si nos sentimos a gusto haremos sentirse bien también a aquellos que nos quieren y nos rodean, así que lo dicho, me despido por unos días, desconecto del blog y de mis redes sociales y en unos días estoy aquí de nuevo con mil cosas.

Gracias por vuestro apoyo y paciencia porque sé que cuando vuelva seguiréis estando al otro lado.

¡¡Un abrazo enorme!!


Un alto en el camino

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