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Un Amor Entre Dos Mundos -pastelón, pastelón

Publicado el 10 junio 2013 por Cinefagos

Un Amor Entre Dos Mundos -pastelón, pastelón

No me suelen gustar los pasteles, me empalagan, lo cual no quita que el dulce en general -más el chocolate- me pirre y casi no pueda pasar sin él unas cuantas veces por semana. Tampoco es bueno el abuso, es cierto. De vez en cuando veo un pastel, un pastelón, una película que derrama azúcar por los cuatro costados. Algunas veces, las pocas, las aguanto y terminan gustándome, mientras que en otras ocasiones me pregunto porque no pongo el Dvd en 2x, 4x o 32x y apuestos (más velocidad para que nos entendamos). La película que nos ocupa no hizo que tomase esa medida, pero poco le faltó.

Un Amor Entre Dos Mundos -pastelón, pastelón

Hay una idea medianamente original, que es la de que haya dos enamorados en dos planetas diferentes. Lo bueno del asunto es que están casi pegados uno al lado del otro. Osea, tú ves a tu “vecino” bocabajo y él también te ve a tí de esa manera. La película da una explicación a tal suceso y te quedas con eso, tampoco somos científicos ni primos lejanos de Bruce Banner o Tony Stark para entender esas cosas.

Así que los dos pipiolos que se enamoran de críos son Jim Sturgess (pongo cara de memo toda la película) y Kirsten Dunst (pongo la misma cara de mema de mis ultimas 20 películas). El tío está totalmente colado por ella y no hace si no buscarla casi incesantemente, y digo eso porque en un momento dado cree que ha muerto pero luego no es así, de tal forma que vuelve su enchochamiento hormonero y a buscar a la ex-niña vampira compañera de Brad Pitt en Entrevista con el Vampiro.

Lo más interesante, porque la historia de amor de los  protas es de un empalagoso infumable -o eso me pareció a mí- es ver como Sturgess va ideando cosillas cuando tiene que estar en el “otro mundo”. Porque claro, una cosa es que los mundos no choquen entre sí y se arme la de Dios padre, pero los cuerpos de cada mundo reaccionan -por lógica- de distinta manera cuando están en el que no es el suyo (si no que se lo pregunten a Superman, ¿no?). Y posiblemente, de ahí que haya dicho que tampoco se extendieran demasiado, el otro punto fuerte es ver que de nuevo hay RICOS y POBRES. El mundo de Dunst es el de los adinerados, mientras que el de Sturgess es el de pobretones. No por el destino ni nada parecido, si no porque uno le va succionando al otro en cuanto a riqueza y esas cosas. Ese detallito, tan real como la vida misma en estos momentos y en futuros, me hizo gracia y pensé que el guionista al menos le había dado algo al coco mientras lo confeccionaba. Además el diseño de producción y los fx tampoco están nada mal, con lo que cuando ves las ciudades del revés -como si tú ahora mismo miraras al cielo y vieras ¿Nueva York iluminada?- está bastante logrado.

Sólo apta para fanáticos de los pasteles que te repiten en el estómago durante días y días. Aunque todavía las hay peores, con eso digo todo.

Fdo: Snake   

Un Amor Entre Dos Mundos -pastelón, pastelón


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