Un año después

Por estas mismas fechas hace un año subí por primera vez a Internet el borrador del Diccionario crítico del mundo occidental. Todos estos meses de puesta en común y de autoconocimiento me han servido para coger perspectiva y darme cuenta de que el ensayo, aun con sus grandes virtudes, no es realmente tan bueno como llegué a pensar en alguna ocasión, je... Sin duda me siento orgulloso del esfuerzo realizado, pero justo es reconocer que todavía queda mucho trabajo por delante. Gracias por vuestro apoyo pasado, presente y futuro. Juntos es todo más fácil :o)

Aprovecho la ocasión para recopilar, con enunciados breves, algunas de las ideas principales que se defienden en sus páginas:

• La democracia es contraria a las sociedades grandes y complejas.
• La tecnología siempre tendrá más inconvenientes que ventajas.
• La exaltación de la ciencia reduce nuestra capacidad de reflexión.
• Los medios de comunicación de masas son incompatibles con la verdad.
• La ciudad, comparada con la aldea, es un nido de problemas.
• Las escuelas y las universidades modernas son intrínsecamente conservadoras.
• El Estado y el Capital forman un binomio canceroso. 
• La fraternidad es contraria al dinero y a la propiedad ilimitada.
• Las libertades básicas como especie y el amor a la libertad están en retroceso.
• La carcelización, el individualismo, la ansiedad y el suicidio son patologías propias de nuestra civilización.
• El aumento de la pornografía y la prostitución empobrece la sexualidad.
• Las religiones teístas dogmatizan el pensamiento y monopolizan la espiritualidad.
• El pico del petróleo, la sexta extinción y el cambio climático provocarán, en el mejor de los casos, el colapso de las sociedades complejas, y en el peor, la extinción de nuestra especie.
• La humanidad ni ha progresado ni puede progresar.
• El mundo de nuestros sueños siempre será deseable pero nunca será realizable, pues la entropía, el mal y la ignorancia es lo que predomina en la naturaleza.
• El bien, la verdad y el cambio deben perserguirse independientemente de los logros.
• El optimismo social está equivocado y la confianza en la historia es contraproducente.
• Sin embargo, a nivel individual siempre hay motivos para el optimismo y la esperanza.