Revista Cultura y Ocio
Las dos universidades sevillanas dieron a conocer ayer las notas de Selectividad, con unos porcentajes de aprobados muy similares a los del año pasado cuando entró en vigor la nueva PAU (Prueba de Acceso). Así, si en la Universidad de Sevilla el 91,5% de los estudiantes (5.984) que se examinaron en sus sedes han superado estos exámenes (un 92,03% en 2010), en la Pablo de Olavide (UPO) el porcentaje se eleva al 94,09% (un 94,01% el año pasado). Según los datos facilitados por esta última institución, a la fase general de la Selectividad (obligatoria para los alumnos procedentes de Bachillerato) se presentaron en esta universidad 556 mujeres y 391 hombres, siendo las primeras las que también destacan en índice de aprobados (un 58,58%).
El premio al esfuerzo.
Ha sido, precisamente, en la UPO donde se ha registrado la nota más alta de la fase general, que ha correspondido a un alumno del colegio Alberto Durero, Alberto Díaz Dorado, que se ha alzado con un 9,70. En esta misma fase, otra alumna del Colegio Alemán, María José Valdés, logró en 2010 la mejor nota (9,76). Este año a Alberto le siguen en la Hispalense Reyes María Martín Rojas, del colegio San Antonio María Claret, con un 9,663 y Carmen de Jesús Gil, del Colegio Internacional Europa, con un 9,625. No obstante, la nota de acceso a la Universidad más alta de las conocidas ayer (considerando la media con Bachillerato) también salió de la UPO y ha sido la de Ana Márquez Fernández, del IES Velázquez, con un 9,745. Y no es de extrañar que pueda ser así, teniendo en cuenta que esta joven terminó el Bachillerato con un 9,95, «casi un 10 si no llega a ser por Educación Física», comentaba ayer a ABC. Desde 4º de ESO tenía muy claro que, aunque la Ciencia también le gusta mucho (en la fase específica se examinó de Matemáticas y Geografía), iba a decantarse por la doble titulación en Derecho y Administración y Dirección de Empresas, ya que «es el tipo de carrera que veo con más salida».
Como todos los consultados, rechaza el apelativo de «empollona», pues considera que «hay tiempo para todo, para entrar y salir..., es cuestión de organizarse y de disposición para estudiar». Ana Márquez, que sabía que las pruebas le habían salido bien «pero no tanto», tiene las ideas muy claras y para ella resulta esencial «estar concentrado en lo que quieres e ir a por ello».
El esfuerzo, sin duda, merece la pena y es más importante, incluso, que la capacidad personal de cada uno. De esta opinión participa Alberto Díaz Dorado, que se encuentra de viaje de fin de curso en Mallorca y que ayer pensaba celebrar sus buenas notas con los compañeros. Alberto, con un 9,7 en Bachillerato, tiene en mente matricularse en Ingeniería Industrial y no oculta que las Ciencias son lo suyo; no en vano, en 2º de ESO resultó ganador de las fases provincial y regional de la Olimpiada Matemática Thales, una materia en la que ha sacado un 9,75 en la prueba específica de la Selectividad.
Para Alberto, la PAU ha resultado «estresante al principio» pero no difícil —«la teníamos muy bien preparada desde el colegio»—, si bien le parece «injusto que te lo juegues todo a un par de preguntas». Él, sin embargo, no se queja, como tampoco lo hace Carmen de Jesús Gil que, con un 9,4 en Bachillerato, pensaba que en la Selectividad, «con los nervios», podía bajar «un poco» la nota. No ha sido así y ahora tampoco habrá de tener problema para estudiar Biomedicina en la Universidad de Sevilla; de hecho, en la fase específica de la PAU se presentó a Biología y Química. Y es que, según confiesa, las asignaturas de Letras «nunca se me han dado bien, porque para memorizar soy muy mala y siempre me ha gustado más la Ciencia».
Tanto para los estudiantes consultados como para el resto de aprobados el plazo de solicitud de admisión a las universidades comenzará mañana y estará abierto hasta el 5 de julio.
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