En los últimos días hemos hablado mucho en varios posts sobre la autenticidad (ver Lo peor es ser indiferente e Innovación + Eduación = Tú Mismo). Hemos dicho que la autenticidad es el primer requisito de la felicidad y que no es posible ser feliz siendo otro.
¿Y que hace falta para ser auténtico? Una cosa: ser valiente. Ser valiente es cuestionar muchas veces el statu quo, hacer saltar por los aires los convencionalismos, los prejuicios y la necesidad de aprobación de los demás; enfrentarte al qué dirán; plantarle cara a mucha gente que te va a señalar; apartarte de la masa; en definitiva, ser un incomprendido.
Una de las cualidades que más valoro de una persona es la valentía. Y es que es imposible ser feliz siendo un cobarde. El cobarde queda amarrado en puerto seguro. No se equivoca jamás pero renuncia a crecer. Hay gente que nunca se ha equivocado pero toda su vida es un error.
Por eso, como la valentía es la materia prima con la que se construye la autenticidad, pido un aplauso a todos aquellos que se atreven a ser valientes; es decir, a aquellos que se atreven a ser ellos mismos; es decir, a aquellos que se atreven a ser auténticos. Aquí va el video.