Revista Cultura y Ocio
"Un árbol crece en Brooklyn. Algunos lo llaman el árbol del Cielo. Caiga donde caiga su semilla, de ella surge un árbol que lucha por crecer. Crece en solares delimitados por tablas entre montones de basura abandonada. Es el único árbol que crece en el cemento. Crece exuberante... sobrevive sin sol, sin agua, hasta sin tierra, en apariencia. Podríamos decir que es bello, si no fuera porque hay tantos de su misma especie".
Muchas veces he hablado de los llamados Best Sellers. Libros que nacen, estallan en plena lista de ventas, y pasados unos meses, años en el mejor de los casos, no los recordamos. Pero hay otros que perduran, como no. Hoy traigo uno de los que siguen sonando pasados los años, tras su publicación en 1943 y una primera adaptación cinematográfica de la mano de Elia Kazan, muchos somos los que hoy nos seguimos entregando a la lectura de este libro. Hoy traigo a mi estantería virtual, Un árbol crece en Brooklyn.
Conocemos Francie Nolan, aficionada a la lectura e hija de emigrantes que crece en la pobreza en Williamsburg con la esperanza de ser escritora. Son los años veinte y se nos perfilará un retrato de esta familia y su entorno poblado de mujeres fuertes.
Estados Unidos, inmigración, pobreza, familia... todo apuntaría a un drama cargado de desesperanza. Y no es así. Smith construye un libro que fluye dejando un buen sabor de boca al lector. Es una historia sencilla sobre una familia marcada por su condición y en la que Francie se perfila como la clara perdedora a la hora de obtener formación. Sin embargo, heredera del carácter luchador de las mujeres no se conforma y demuestra lo que quiere. Siempre le gustaron las lecturas, de hecho quiere ser escritora, ¿cómo renunciar entonces?
Comienza de forma muy tranquila, reposada, centrándose en la narrativa para describirnos cada lugar, cada gesto del ambiente en el que se desarrolla la acción. Tanto es así que tenemos la sensación de conocer Brooklyn. Poco a poco vamos avanzando en una historia que nos tiene atrapados sin que nos demos cuenta, una historia cercana, casi cariñosa en el tono y en las formas, que nos hace estar cómodos. Y más o menos en ese momento empezamos a emocionarnos ya que es un libro emotivo de muchas maneras en el que nos descubrimos sonriendo o apenados por la pobreza que describe. Nos habla de la necesidad de emigrar, de la familia como núcleo de apoyo, las carencias, el refugio en el alcohol... y pasada la segunda mitad le añade que la vida muchas veces nos obliga a crecer de golpe. Mujeres luchadoras con sueños e ilusiones que comparten con cada lector, y una protagonista que recuerda demasiado a la autora del libro.
Hoy traigo un libro que ha sobrevivido al tiempo y que, si tuviera que describirlo de alguna forma, os diría que es un libro hermoso que terminamos con un buen sabor de boca. En mi caso fue todo un descubrimiento que comparto con vosotros.
Y vosotros, ¿me podéis recomendar algún libro que tenga ya unos años y se conserve bien?
Gracias