Revista Arte
Un guión cinematográfico (Blade Runner, 1982) utilizó un concepto, "La puerta de Tannhäuser", para referirse a la entrada a un destino inevitable y fatal. Pero, antes un compositor fue el responsable de hacer mención a la leyenda del poeta alemán Tannhäuser (1205-1270). Richard Wagner (1813-1883) compuso la ópera Tannhäuser, donde el poeta-personaje lleva una vida disoluta y vagabunda. Encuentra en su vagar un lugar "Venusberg" (montaña de Venus), el reino de la diosa del amor. Ahí disfruta sin parar de los placeres más ocultos, pero, cansado ya de los disfrutes que la diosa le aporta, decide dejarlo arrepentido.
En su deseo de cambiar peregrina a Roma. El papa Urbano IV lo recibe, pero le dice que es tan imposible redimirlo como que su bastón papal floreciese. Él se marcha decepcionado y vuelve a Venusberg. Al cabo de unos días, el papa observa como su bastón florece. Urbano IV le envía inmediatamente un mensajero para que regrese a Roma a recibir el perdón. Pero, ya es tarde, Tannhäuser ya no está, ha desaparecido.
Es el pontífice el que acabará siendo condenado. Esta leyenda inspiró a muchos poetas y músicos alemanes. Hasta que llegó a inspirar a un famoso guionista de ciencia-ficción, creando una puerta sin regreso, una puerta inevitablemente fatal.
(Imagen del cuadro del pintor John Collier (1850-1934) "Tannhäuser en el Venusberg"; imagen del cuadro pintado por Renoir "Richard Wagner"; imagen del papa Urbano IV (1195-1264.)
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