Revista Opinión

Un artista marcado por su vocación

Publicado el 21 agosto 2021 por Manuelsegura @manuelsegura
  • Un artista marcado por su vocación
Foto: Javier Salinas

Paco Serna siempre tuvo clara su marcada vocación por la pintura. La percibió muy pronto, estudiando con los jesuitas, en Valencia. Comenzó la carrera de Derecho con escasa convicción. La aparcó y recaló en la madrileña Academia de Bellas Artes de San Fernando, para luego retomar estudios de Filosofía y Letras, que sí completó.

Nacido en Alguazas en 1935, en el seno de una de las familias más señeras de la localidad, el estallido de la Guerra Civil les llevó a trasladarse a la ciudad suiza de Ginebra. Bautizado con los nombres de Pedro y Francisco, era hijo de un afamado industrial conservero de la provincia y tuvo ocasión de viajar por Europa, desde entrada la década de los cincuenta, colaborando con el negocio familiar. Allí aprendió idiomas y, profesionalmente, se estableció en Murcia como profesor de inglés en el ámbito de la enseñanza pública.

En el plano pictórico realizó numerosas exposiciones, tanto dentro como fuera de la Región. Pintaba intentando traducir los momentos de su vida. En 2007, el Palacio de San Esteban acogió una selecta muestra de sus lienzos y dibujos a modo de epítome de su trayectoria profesional.

La muerte en 2010 de su esposa, Consuelo Rocamora, lo dejó sumido en la melancolía. Así me lo reconoció en una de las provechosas conversaciones que llevábamos a cabo en nuestros circunstanciales encuentros. “Ya no soy el mismo”, me dijo.A Paco le sobrevive su hermana Pilar, que junto a Armina y Melli, ya fallecidas, dieron sustancia a la entrañable familia Serna Serna que fundaron su padre, Francisco Serna Fernández, y su madre, la inolvidable Remedios. Con ellos descansa, desde este sábado, en el camposanto del pueblo que le vio nacer hace 86 años. Él, por su parte, tuvo cuatro hijos -dos varones y dos mujeres- así como numerosos nietos que intentaron llenar su quebrantada existencia en estos últimos años. Esa conversación interesante y culta, con su dicción refinada, la echaré de menos cuando ya no coincidamos como antes. Y recordaré, parafraseando a Andy Warhol, que su pintura estaba cargada con su sola presencia.

[‘La Verdad’ de Murcia. 21-8-2021]


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