Un asunto de familia
Me sigue sorprendiendo la perspectiva del director. La familia, los vínculos de sangre o creados desde la convivencia y el afecto. Dilemas morales que nos invitan a reflexionar. Apariencias engañosas, secretos, ternura, delito. Perturbador y conmovedor.
Sinopsis: Osamu y su hijo se encuentran con una niña en mitad de un frío glacial. Al principio, y después de ser reacia a albergar a la niña, la esposa de Osamu aceptará cuidarla cuando se entera de las dificultades que afronta. Aunque la familia es pobre y apenas gana suficiente dinero para sobrevivir a través de pequeños delitos, parecen vivir felices juntos, hasta que un accidente imprevisto revela secretos ocultos, poniendo a prueba los lazos que les unen.
Título original Manbiki kazoku (Shoplifters). Dirección y guion Hirokazu Koreeda. Música Haruomi Hosono. Fotografía Ryûto Kondô. RepartoKirin Kiki, Sôsuke Ikematsu, Lily Franky, Moemi Katayama, Sakura Ando, Mayu Matsuoka. Japón 2018, 121 min. Festival de Cannes: Palma de Oro (mejor película)
Otras de sus películas de las que he escrito en el blog:
Still walking
Air doll
Nadie sabe, no reseñada, muy impactante.
Las bibliotecas perdidas de Jesús Marchamalo
Una delicia repleta de curiosidades. Ideal para los amantes de los libros y sus entrañas.
Las bibliotecas de la guerra; los libros y el fuego; las maneras de titular, los íntimos secretos de la creación literaria; las relaciones entre escritores y editores; la locura y la literatura; las obras malqueridas. Este libro recoge una selección de los reportajes publicados por Jesús Marchamalo en el suplemento cultural del diario ABC, a lo largo de siete años. Un original y sugerente recorrido lleno de sabiduría y desparpajo, ironía y erudición, por las fronteras del ser literario, los huecos de la escritura, los oficios del escritor, y la trastienda misma de la literatura.
Prólogo de Fernando Rodríguez Lafuente.
Editorial Renacimiento, 2008. Colección Los Cuatro Vientos
Número de páginas 224
ISBN 9788484723806
Mala letra de Sara Mesa
Descubrí a esta autora con Cicatriz, gracias a Vila – Matas. Este mes presenta su nueva novela y aprovecho para leer una excelente colección de relatos. Me encanta lo que cuenta, cómo lo cuenta y cómo escribe. Brillante, ágil, erosiva. Para releer, para reflexionar, para dar un par de vueltas a sensaciones molestas.
La autora de este libro coge mal el lápiz. Lo ha cogido mal desde niña, cuando algunos profesores se empeñaban en corregirla porque «hay que escribir como Dios manda», e, incapaz de aprender, ha seguido cogiéndolo mal hasta el día de hoy, con todas las consecuencias. Porque... ¿puede acaso salir buena letra de un lápiz torcido? Ésta es una de las cuestiones que planean sobre este conjunto de cuentos: la de la escritura indócil, libre y acelerada, la escritura que araña y rasga la memoria, que destroza los recuerdos y hace de ellos otra cosa.
Las historias que aparecen en este volumen abordan temas como la culpa y la redención, la falta de libertad y esos «pequeños instantes, epifanías, revelaciones, imágenes que se abren, palabras que se desdoblan», cuando «algo se quiebra, y todo cambia». Niños que se resisten a obedecer y que viven con asombro y soledad el difícil proceso de crecer; chicas rebeldes cuya rebeldía es subterránea, rabiosa y poco aprovechable; seres atormentados –o no– por los remordimientos y las dudas; picabueyes y nutrias que representan agresión o consuelo; el desconcierto de vidas en apariencia normales que a veces encierran crímenes y otras únicamente el deseo de cometerlos.
Páginas200
Editorial Anagrama. Colección Narrativas hispánicas, 2016
ISBN 978-84-339-9805-7