Cylindropuntia es un Género perteneciente a la Familia Cactaceae, popularmente llamados “Cactus”; concretamente se ubica en la Tribu Cylindropuntieae, por lo que a su vez se incluye en la Subfamilia Opuntioideae. Las Cactaceae son peculiares; estamos ante un grupo biológico muy diverso, mayoritariamente cubierto de espinas dispuestas para la defensa y un cuerpo grueso y esponjoso, adaptado a las sequías gracias a su capacidad de almacenar agua. Esta Familia queda dispuesta en el Orden Caryophyllales de la Clase Magnoliopsida, por lo tanto está englobada en la División Magnoliophyta.
Del nutrido grupo de Géneros que componen la citada Subfamilia, es quizá Cylindropuntia el que en estos momentos requiere nuestra atención, sobre todo en materia de proliferación y capacidad defensiva. Se caracteriza por su forma cilíndrica tal y como su nombre indica, unas veces ramificada y otras de un solo tallo, siempre con intersecciones que le dan un aspecto bulboso alargado, de color verde y cubierto de abundantes espinas cuyo tamaño resulta muy variable según la especie; la floración se produce en Primavera, pero las flores varían de aspecto, tamaño y coloración dependiendo de la especie que se observe. Habitan en regiones desérticas con escasas precipitaciones, siendo autóctonas de Estados Unidos y México. Son vegetales característicos del paisaje en desiertos como el de Nevada o Sonora. En el país caribeño son temidas por sus defensas y reciben el nombre popular de "Chollas" debido a que rasgan y rompen las prendas y vestiduras de los nativos con sus imponentes púas al rozarlas.
Algunas de las especies de este Género, como Cylindropuntia bigelovii, son muy apreciadas en Sudamérica y Europa por su aspecto, con lo que son ampliamente comercializadas para su uso en jardines y maceteros. Esta especie puede alcanzar una altura considerable en su hábitat, pero si se ubica en un recipiente que limite la extensión de sus raíces, conserva un tamaño moderado; su belleza radica en que vista desde lejos presenta un aspecto blanquecino y aterciopelado debido al color de sus púas cubiertas por vainas; esta apariencia le ha balido el sobrenombre de “Oso de peluche”, aunque bajo sus frondosas espinas se esconde un tallo verde con un tono oscuro cuyas ramas se desprenden con el tiempo y arraigan con facilidad en terrenos duros. El comercio de especies ha extendido la especie por regiones insospechadas; lo mismo ocurre con la popular Cylindropuntia califórnica, frecuentemente adquirida para decorar jardineras y más tarde desechada cuando resulta incómoda o alcanza un tamaño excesivo.
He aquí un punto de inflexión. Como ocurre con tantas otras especies comercializadas de Flora y Fauna, las Cylindropuntia han sido introducidas en ecosistemas lejanos a su lugar de origen en donde se han adaptado haciendo gala de sus recursos, lo cual ha supuesto el desplazamiento de algunas especies autóctonas menos prolíficas. Quizá el mejor ejemplo de esta amenaza sea Cylindropuntia tunicata, una especie comercializada para satisfacer a los amantes de los Cactus cuya proliferación en países como Perú, Ecuador, Chile, Argentina o España empieza a ser preocupante. Su peligrosidad no solo radica en su arrollador impacto ambiental, saturando el terreno con una densidad aplastante, sino que además resulta peligrosa incluso para la actividad humana; esto es debido a que sus largas y afiladas púas con forma de arpón son capaces de atravesar la ropa, el calzado e incluso la gruesa suela de las botas de montaña. Resultan muy dolorosas cuando se clavan bajo la piel dado que son irritantes y su forma arponiforme dificulta su extracción.
Cylindropuntia tunicata.
Cylindropuntia tunicata, vulgarmente denominada “Alfileres de Eva” no solo se propaga mediante la diseminación de semillas tras la polinización, sino que además es capaz de colonizar zonas lejanas fragmentándose tras anclar sus espinas en la piel de los Animales o la ropa humana, estando capacitada para arraigar al desprenderse incluso si solo un fragmento minúsculo ha realizado el trayecto a costa de su anfitrión; hasta una sola espina es capaz de echar raíces en cualquier grieta o resquicio aunque el terreno predominante sea rocoso. Una vez se ha establecido en el ecosistema, se extenderá con rapidez y generará interminables campos espinosos intransitables tanto para humanos como para la Fauna autóctona, puesto que los ejemplares de esta especie pueden superar con creces un metro de altura.
Su erradicación, incluso si se realiza de forma temprana es muy complicada pero necesaria, ya que Cylindropuntia tunicata desplaza la Flora autóctona y rompe el equilibrio de la cadena trófica al ser inmune al efecto de los fitófagos dado que gracias a su manto espinoso no resulta comestible en ningún caso. Para extraer la especie del terreno, es importante protegerse con ropa y guantes a prueba de espinas; la retirada debe hacerse extrayendo los Cactus en su totalidad, raíces incluidas, puesto que éstas pueden rebrotar incluso tras un incendio; conviene tener mucho cuidado en retirar hasta el mínimo resto de tunicata, cualquier fragmento o espina puede reemprender la proliferación. Tras la retirada completa, debe revisarse el terreno frecuentemente durante al menos cinto años con el fin de retirar cualquier brote persistente que pueda desarrollarse nuevamente.
Invasión en la Sierra de Espadán.
Conscientes de esta situación, las autoridades están ya tomando medidas para combatir esta especie alóctona en España; ya pueden verse focos en desarrollo en el Parque Natural de la Sierra de Espadán del mismo modo que ocurre en otros parajes valencianos, por lo que la respuesta debe ser organizada y contundente; bastan unos pocos años para que Cylindropuntia tunicata o especies similares invadan un amplio territorio a gran escala.