[6/10] Estamos a finales del siglo XVIII y las ideas ilustradas tratan de penetrar en las cortes europeas, para terminar con los privilegios de nobleza y clero. En la danesa, el rey Cristián VII, enfermo y amargado, no es más que un títere a merced del Consejo, mientras que su joven esposa Carolina Matilde ve cercenado su espíritu libre y artístico y pasa sus días en soledad. Todo cambia cuando un médico alemán, Johann Friedrich Struensee, es requerido para curar al rey y termine convirtiéndose en consejero y algo más. Se trata de “Un asunto real”, drama histórico firmado por Nikolaj Arcel y nominado como mejor película en habla no inglesa en los últimos Oscar, por parte de Dinamarca.
De manera simplista y maniquea, se nos presenta una Corte sin alma ni conciencia, más preocupada por mantener su estatus y hacer frente a librepensadores que de velar por un pueblo sumido en la pobreza e ignorancia. A su lado, un rey ridículo e infantil que actúa como si interpretara un papel en el gran teatro del mundo, y un médico ilustrado que ve en su cargo la oportunidad para influir en el monarca y hacer su revolución social. Y, entre ellos, una mujer que recuerda nostálgicamente, y con cierto pesar, aquellos años en que un asunto real se convirtió en un ideal frustrado y en una cuestión de alcoba. Esta perspectiva intimista que impregna la voz en off de la reina que escribe desde el destierro a sus hijos para que sepan lo que ocurrió, es uno de los valores más conseguidos en la cinta porque toda la trama adquiere, desde esa perspectiva, el sentido épico de unos héroes y mártires de la libertad, que tendrían su continuación en los receptores de la carta.
Sin embargo, el esquematismo del guión -bien construido, por otra parte-, reducido a un conjunto de tópicos políticamente correctos, el dibujo estereotipado de unos personajes sin voz propia -auténticos títeres del guionista-, el encorsetamiento de un romance de libro con mucha pasión pero con poco sentimiento, la corrección de una puesta en escena que recoge ambientes populares y cortesanos sin alcanzar su alma y, en definitiva, la falta de mentalidad histórica que reduce el fresco a la crónica de un mártir de la causa, hacen que la propuesta de Arcel no pase de discreta y complaciente. El discurso ideológico se impone a la vida y el teatro a la realidad, casi como le sucede al infausto monarca, por lo que queda una cinta con un conseguido envoltorio de época -buena fotografía y atrezzo- pero carente de espíritu y arrastre.
Las buenas interpretaciones de Mads Mikkelsen como el Dr. Struensee y de Alicia Vikander como la reina Carolina no eclipsan un papel más difícil por estar en otro mundo no real, como es el de Mikkel Boe Fløsgaard -premiado en la Berlinale- al dar vida a Cristián VII. La luz naturalista de la fotografía y los esporádicos movimientos de cámara que la estética nórdica aporta no terminan de insuflar aires de verdad a este drama, que es más de alcoba que histórico porque el romance cobra protagonismo por encima de las ideas de un ilustrado convertido en mártir y amante. De esta manera, vemos cómo el idealismo del revolucionario se disipa en el ardor de la pasión, para convertirse en otro manipulador más que aplica la censura a conveniencia o que sucumbe a la corrupción del poder. La película resulta atractiva por su bella factura y ambientación, pero su acartonamiento hace que se vea sin emoción y que se quede en una revisión del espíritu de la Ilustración.
Calificación: 6/10
En las imágenes: Fotogramas de “Un asunto real”, película distribuida en España por Golem © 2012 Zentropa Entertainments, DR TV, Film i Väst, Sirena Film, Sveriges Television y Trollhättan Film AB. Todos los derechos reservados.
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Publicado el 7 marzo, 2013 | Categoría: 6/10, Año 2013, Chequia, Críticas, Dinamarca, Drama, Histórico, Romance, Suecia
Etiquetas: Alicia Vikander, amor, libertad, Mads Mikkelsen, Mikkel Boe Fløsgaard, Nikolaj Arcel, política, Un asunto real