Vayamos a lo principal del asunto: ¿Qué es lo importante: que las amigas se reúnan para disfrutar de un buen rato con la embarazada y desearle lo mejor, o comprar biberones y pañales?
Pues eso es lo que se plantea el Blessingway, una costumbre no solo americana sino propia de los indígenas americanos, las tribus navajas. Lo primordial es reunirse, a ser posible en el campo y en plena naturaleza, y disfrutar de lo hermoso de la Madre Tierra con un puntito hippy.
Velas encendidas, incienso, guirnalda de flores hechas a mano, faldas largas y con vuelo, perfumes, frutas frescas, tartas caseras, cositas de artesanía…
En lugar de los consabidos juegos de baby-shower, aquí se imponen otros valores: mimar y dejarse mimar. Contar historias que nos sucedieron, adivinar secretillos, leer un poema, recordar viejas canciones infantiles…
Lo que se busca es la complicidad, la empatía, el sentimiento de pertenencia a una pequeña comunidad (¡a una tribu!), la nostalgia, el humor, la espiritualidad, los deseos de una felicidad compartida…
¡Ah, como habrás acertado, blessingway se refiere a las bendiciones que las amigas dan a la futura madre! Puedes avisar a las amigas que no es necesario que compren regalos, que no va de eso. Con la crisis, te lo agradecerán.
¿Te apuntas a este tipo de baby-shower?