Revista Salud y Bienestar
Ayer tuve la gran suerte de participar en una jornada o mesa redonda en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro sobre Cáncer de Mama y Calidad de Vida. Hasta aquí el título puede sonar más o menos normal en un foro sanitario, pero la audiencia a la que iba dirigida era diferente: alumnos y profesores del Centro Integral de Formación Profesional "Río Ebro" que básicamente se forman en peluquería y estética. También entre la audiencia había algún sanitario y por supuesto pacientes.
La idea de hacer esta jornada sobrevino a raíz de la puesta en marcha en el Hospital Comarcal Santiago Apóstol de Miranda de Ebro de una iniciativa que pretendía dar un apoyo en la mejora de la calidad de vida de algunos enfermos oncológicos. Gracias al impulso de un grupo de médicos y enfermeras de Cirugía General y Oncología Médica y en colaboración con el servicio de Atención al Paciente y el área de Peluquería del Centro Integrado de Formación Profesional Río Ebro, el complejo hospitalario tuvo a bien crear el llamado "banco de pelucas".
Es un servicio que ya funciona en otros centros sanitarios del país y que pone a disposición de los pacientes enfermos de cáncer de varias pelucas para que las puedan utilizar si es su deseo y así hacer frente a la pérdida del cabello. La generosidad de mucha gente lo ha hecho posible y ha cristalizado en Miranda de Ebro.
La idea nace del hecho de que las pelucas son elementos relativamente costosos (oscila entre 200 y 1000 €) y por ello se invita a las personas que han utilizado una peluca y ya no la necesitan la cedan a este servicio. De esta manera el hospital pone a disposición de los pacientes las pelucas donadas a este particular banco fabricado por los ciudadanos, de forma totalmente gratuita y altruista, haciendo de intermediario entre la persona que la ha cedido y la interesada en utilizarla. Además las pelucas son revisadas y preparadas convenientemente por parte de los alumnos y profesores del CIFP Río Ebro, que tiene formación en Peluquería. Es un tema serio e importante para los pacientes, porque afecta a su imagen corporal y a cómo ellos se autoperciben. Esta iniciativa facilita que los pacientes puedan paliar su alopecia.
Así comenzó una colaboración generosa en el Hospital Santiago Apóstol entre médicos, enfermeras, pacientes y profesorado del centro integral de formación profesional Río Ebro que dió lugar a la idea de realizar una jornada que nos reuniera a todos los profesionales que nos dedicamos a la atención oncológica: oncólogos médicos, cirujanos, oncólogos radioterapeutas, peluqueros, esteticistas y psicólogos para contar cómo afectan cada uno de los efectos secundarios de nuestros respectivos tratamientos y dar una visión integral e interdisciplinar.
Reconozco haber aprendido mucho de los profesionales no sanitarios, pues muchos de nosotros desconocemos en cierta medida todo el trasfondo que hay detrás de la oncoestética. Salir del hospital y en mi caso del "búnker" es un soplo de aire fresco. Supone hacer partícipe de los conocimientos a nuestro alcance a los pacientes, empoderándoles. Hace que se sientan como el protagonista merecido y verdadero en torno al cual todos los actores implicados aportamos nuestro grano de arena para que su dura situación llegue a buen puerto.
Gracias por tener el privilegio de participar con vosotros.
Les dejo con el enlace de mi presentación en formato Prezi
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