Acabo de publicar la entrada "Cuando la lectura se aleja..." donde explico que si he dejado de escribir
reseñas es porque hace un año que no leo porque he sido mamá. Y de repente me he dado cuenta de que si que he leído algo durante este tiempo, cuentos infantiles. ¿ Y porque no he de hacer una reseña de un cuento infantil?
Esas lecturas que parecen simples y que posiblemente hasta hace unos años eran meras historietas mas o menos fantasiosas pero que se han convertido en un verdadero arte literario. Y por este motivo creo que se les debe dar un espacio en el mundo, así que empezaré por dárselo yo en este, mi micromundo literario.
No tengo ninguna duda de cual quiero que sea el primer título que presentar: "Un beso antes de desayunar" de Raquel Díaz Reguera. No es un libro infantil, no es un libro, es una joya.
Cuenta la historia de un beso, el que le da cada mañana su madre a Violeta antes de irse a trabajar para que al despertar se lo encuentre en la almohada. Pero un día el beso se escapa y decide volar, y volar, y volar...
El texto, poético pero sencillo, asequible totalmente para niños parece una canción acompañado de unas imágenes que transmiten diferentes texturas y que cuentan a la vez la historia que narra el texto por lo que los más pequeños pueden seguirla mientras mamá o papá lo leen. Los colores, personajes y los detalles en cada página (un sobre, un bollito, ropa tendida...) le aportan ternura y calidez.
Sin tener aún mucha experiencia en este tipo de lecturas (mis hijos tienen un año por lo que estamos empezando) puedo decir que este libro me enamoró desde la primera vez y espero el día en que ellos puedan entender su mensaje y disfrutar con sus dibujos.
De todo lo maravilloso que tiene me quedo con esta frase que, con permiso de la autora, he hecho mía en esta época de mi vida: "Aquel día los besos olían a pan recién hecho".