Mover prótesis a partir de las ondas cerebrales es un campo muy estudiado, al punto de que en años recientes se han conocido experimentos que han permitido a personas paralizadas mover un brazo robótico por medio de implantes cerebrales que emiten señales eléctricas, las que a su vez son transmitidas por computadora al brazo robótico.
Ahora la ciencia ha avanzado un paso más: Nathan Copeland, un norteamericano que sufrió una lesión medular al nivel de las vértebras cervicales a causa de un accidente hace más de una década, ha conseguido recuperar la sensación de tacto en la mano derecha por medio de cuatro chips implantados en su cerebro.
Bioingenieros y neurocientíficos de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.), responsables de la experiencia, han presentado sus resultados en la Conferencia de Fronteras de la Casa Blanca -en la foto se ve a Copeland interactuando con el presidente norteamericano en la ocasión. A pesar de estar en fase experimental, este resultado supone un avance en el logro de nuevas terapias para personas con parálisis parcial o completa.
Dos de los chips, del tamaño de un botón, fueron insertados en el córtex somatosensorial y otros dos en el córtex motor. Cada uno de los chips contiene decenas de microelectrodos de un milímetro y medio de longitud a los que se suministra una pequeña corriente eléctrica para estimular ciertos puntos del cerebro.
El paciente ha valorado como "posiblemente natural" la sensación de tacto en un 93% de las pruebas de laboratorio; del resto, el 5% le pareció una sensación "bastante natural" y el 2% "bastante antinatural", siendo capaz de distinguir también entre presiones fuertes y débiles aunque no entre frío y calor.
El estudio ha sido publicado en la revista Science Translational Medicine.