Revista Viajes

Un castillo sin princesas, pero con barones

Por Catgo
Entre las leyendas medievales catalanas existe la de los Nueve Barones de la Fama (también llamados los Nueve Caballeros de la Tierra) que explica el empeño de todos ellos en dedicar sus esfuerzos a liberar la tierra de sarracenos. Entre los nueve nobles están los señores de Alemany (Guerau d'Alemany), de Anglesola (Bernat d'Anglesola) de Cervelló (Guerau de Cervelló), de Cervera (Galcerán de Cervera), de Erill (Bernat Roger d'Erill), de Mataplana (Hug de Mataplana; más popularmente conocido como el Comte Arnau), de Montcada (Dapifer de Montcada), de Ribelles (Gispert de Ribelles) y de Pinós, concretamente Galcerán de Pinós, titular de una baronía que mencionaremos en este post.
Estos días se ha abierto oficialmente al público el mirador del Castell de Torre Baró, un lugar desde el que se pueden disfrutar de unas vistas de Barcelona algo diferentes a las que solemos conocer. Hasta ahora, y sin que estuviese abierto el acceso al interior del castillo, se alcanzaba a ver una panorámica sobre la ciudad que abarcaba desde el Tibidabo hasta Ciutat Meridiana, incluyendo el Turó de la Creueta del Coll, el Turó del Carmel, el Turó de la Rovira y el Turó de la Peira. A lo lejos se divisaba la montaña de Montjuïc, y entre medio íbamos recorriendo visualmente los distritos de Horta, Nou Barris, Sant Andreu y Sant Martí, siguiendo por las poblaciones colindantes de Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià del Besòs, Badalona y Montcada. Desde ahora, el poder acceder a la parte superior del edificio, y ganar altura, seguro que hace que la visión panorámica sea mucho más amplia.
UN CASTILLO SIN PRINCESAS, PERO CON BARONES
UN CASTILLO SIN PRINCESAS, PERO CON BARONES
Este castillo -que de hecho ni lo es, ni lo fue-, se trata de una construcción inacabada que tenía que haber albergado un hotel-restaurante. Data de 1905, cuando la Compañía de Urbanización de las Alturas N.E. de Horta intentó llevar a la práctica un proyecto de ciudad-jardín, que acabaría siendo abandonado a causa del desinterés general por los problemas de comunicación de la zona. Un proyecto coetáneo de la urbanización de la avenida del Tibidabo y del Park Güell, cuya única edificación se acabaría convirtiendo en el símbolo de no solo un barrio, sino de todo un distrito de Barcelona, y que pasaría a ser uno de los elementos protagonistas del skyline de la ciudad, que los más fantasiosos siempre hemos visto como un castillo medieval que vigila la ciudad desde lo alto de la Serra de Collserola, y que puede divisarse tanto a la entrada como a la salida de la ciudad, camino de Montcada y Cerdanyola. A partir de ahora, los proyectores led que se han instalado en la segunda y tercera planta harán que un halo de luz ornamental destaque todavía más su silueta nocturna en la cima.
Dicen que los castillos siempre esconden alguna que otra leyenda, y como no podría ser de otro modo, el de Torre Baró –aunque solo lo sea por su aspecto- también tiene la suya (o las suyas). Una de las más populares es la que explica que “un rico terrateniente de la nobleza barcelonesa decidió mandar construir un castillo en la cima de la montaña para que su hija, enferma de tuberculosis, pudiera curarse gracias al aire puro de la montaña. Cuando el edificio (una torre de estructura cuadrada de dos pisos de altura y coronada por un torreón) ya estaba casi acabado la hija murió, por lo que el proyecto perdió su razón de ser, quedando inacabado y nunca nadie lo llegó a habitar...”.
UN CASTILLO SIN PRINCESAS, PERO CON BARONES
UN CASTILLO SIN PRINCESAS, PERO CON BARONES
El castillo está construído en unos terrenos que pertenecieron a Manuel Mª de Sivatte y Llopart, Barón de Sivatte y miembro del consejo de administración de la compañía promotora del proyecto de la ciudad-jardín, que su padre, Carles Edmon Sivatte -que no era barón- había comprado a la familia Pinós, titulares de la Baronía de Pinós que he mencionado al inicio del post, y que dieron origen al nombre del barrio.
Al contrario de lo que se cree, el nombre de Torre Baró no se debe al proyecto de castillo que mandó construir el Barón de Sivatte, sino a una torre anterior –La Torre del Baró- que estaba en una finca situada en una zona del antiguo pueblo de Sant Andreu de Palomar, próxima a lo que hoy conocemos como Baixador de Torre Baró. Tanto la torre como la finca pertenecían a la familia Pinós, que tras la derrota de 1714 vieron cómo fue destruída por las tropas felipistas, en represalia al apoyo que habían mostrado al archiduque Carlos de Austria. A finales del siglo XVIII, volvieron a construir una segunda torre que, junto a los terrenos, acabaría vendiéndose a la familia Sivatte.
Curiosamente, con los años, una zona tan “aristocrática”, rural y alejada, acabaría convirtiéndose en el distrito obrero por excelencia de la ciudad de Barcelona, que a lo largo del siglo XX y como consecuencia de las inmigraciones de los años 50 y 60, fue creciendo e incorporándose progresivamente a la estructura urbana de la ciudad.
UN CASTILLO SIN PRINCESAS, PERO CON BARONES
UN CASTILLO SIN PRINCESAS, PERO CON BARONES
La cuestión es que para los que no lo conozcais, os recomiendo que os deis un paseo a pie o en bicicleta, para que podaís descubrir unas excelentes panorámicas de la Barcelona más "popular" y menos conocida, que deja constancia visual de la expansión de la ciudad más allá del Eixample y sus barrios colindantes. Además, estareis en una de las localizaciones de la ciudad que se usan habitualmente como plató de rodaje, tal y como se puede ver en la películaA tres metros sobre el cielo”.

UN CASTILLO SIN PRINCESAS, PERO CON BARONES

Foto: CineDor


UN CASTILLO SIN PRINCESAS, PERO CON BARONES

Antes de acabar, propongo una adivinanza: ¿Sabéis a qué iglesia corresponde la cúpula que se distingue entre medio de los tejados? Ya que hemos hablado del 1714, es cuestión de viajar unos años más atrás y descubriréis que tiene relación con el emblemático Corpus de Sang.
UN CASTILLO SIN PRINCESAS, PERO CON BARONES

Horarios de apertura del mirador del Castillo:
  Martes y los jueves de 10 a 13h
  Sábados de 10 a 17h
  Domingos de 10 a 14h
Fuera de estos horarios, siempre queda la oportunidad de seguir accediendo al anterior mirador para gozar de las magníficas vistas, aunque sea unos metros más abajo.
UN CASTILLO SIN PRINCESAS, PERO CON BARONES

UN CASTILLO SIN PRINCESAS, PERO CON BARONES

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UN CASTILLO SIN PRINCESAS, PERO CON BARONES

UN CASTILLO SIN PRINCESAS, PERO CON BARONES

Para saber más:
El Tranvía 48: El castillo de Torre Baró
Relligant Nou Barris. Castell de Torre Baró
Els Nous Barons de la Fama. Viquipèdia

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