Jafaar (Sasson Gabai) es un pescador palestino de Gaza. Un día encuentra en sus redes un cerdo, seguramente caído de un carguero. Como buen musulmán, decide deshacerse rápidamente de un animal impuro, pero su situación económica le aconseja venderlo. La venta pondrá de manifiesto la indigencia de la población de Gaza, encerrada entre el bloqueo de Israel y los islamistas que controlan la zona.
Calificación: 6,822.
Tráiler de la Película
Ficha:
Título Original: Le cochon de Gaza (When Pigs Have Wings).
Director: Sylvain Estibal.
Guionista: Sylvain Estibal.
Intérpretes: Sasson Gabai, Ulrich Tukur, Khalifa Natour, Baya Belal, Gassan Abbas, Myriam Tekaïa, Lotfi Abdelli, Khaled Riani, Uri Gabay, Ido Shaked, Thierry Lopez, Zohar Wexler, Maurad Saad, Khereddine Ennasri, David Leguesse.
Productores: Jean-Philippe Blime, Franck Chorot, Benito Mueller, Wolfgang Müller, Jean-Jacques Neira, Hubert Toint.
Fotografía: Romain Winding.
Música: Aqualactica, Boogie Balagan.
Montaje: Damien Keyeux.
Diseño de Producción: Albrecht Konrad.
Diseño de Vestuario: Marie-Joséphine Gracia.
Países: Francia, Alemania, Bélgica.
Lugares de Rodaje: Colonia (Alemania); Malta.
Fechas de Rodaje:
Año: 2011.
Duración: 98 minutos.
Edad: Apta para todos los públicos.
Género: Comedia.
Estreno: 08-11-2013.
Distribuidora: Surtsey Films, S. L.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Puntos Popularidad: 14.
Espectadores: 0.
Recaudación: 0 €.
Crítica:
12-11-2013 – JOSU EGUREN
Paladares prohibidos
Quién sabe si cuando Olmo dio forma al bigote de nuestro Don Celes no tuvo en mente el mostacho que adorna la nariz torva del protagonista de la ópera prima del director francés Sylvain Estibal, un pescador, y ladrón de bicicletas, que sobrevive con picardía a la angustia y miserias que azotan la estrecha franja de tierra en la que se amontona el pueblo palestino. Estibal urde una mirada esquinada y neorrealista sobre el conflicto, repartiendo cargas y humor a ambos lados de la frontera que marca el límite de lo prohibido para el paladar de árabes y judíos. Porque los cerdos vuelan, a veces, pero cuando lo hacen tienen la rara costumbre de aterrizar allí donde el hambre y los prejuicios atávicos se hacen incompatibles. ¿Cómo rentabilizar el porte y andares de un cerdo vietnamita? He ahí la película, en un reguero de situaciones cómicas que atraviesan las trincheras de una zona militarizada, a camino entre el drama sofocado por el corte y fundido en negro y el humor de una realidad transformada en absurdo. Sazonando las heridas abiertas con un buen puñado de humanismo y ternura, Estibal presta atención para escuchar con nitidez las voces de la sinrazón que acogotan a su protagonista: los ladridos del terrorismo de Estado -con sus drones, sus soldados adolescentes y los tractores que derriban las chabolas palestinas en represalia por el lanzamiento de cohetes Qassam-, y el rebuzno demagógico del terrorismo islamista.
Pertenecen a tiempos distintos, pero a nadie le hubiese extrañado que Jafaar y el mesías de “La vida de Brian” se hubiesen unido en un intento desesperado por huir del martirologio y las misiones suicidas, en dirección hacia un horizonte de esperanza en el que se escucha el compás de ‘El lado alegre de la vida’. Sobra el mensaje edulcorado que planea sobre los títulos de crédito que ponen broche a la película, pero nos da la oportunidad de apreciar una última mueca de ese formidable payaso triste que habita en la interpretación del actor Sasson Gabai.