Investigadores de la Universidad de Estocolmo aseguran que se puede engañar a los mosquitos para que se alimenten de una mezcla a base de jugo de remolacha con una adición de toxinas que denominaron HMBPP.
Los investigadores probaron cuatro tipos diferentes de toxinas, que contenían capsaicina, aceite salado, ácido bórico y fipronil sulfona (insecticida) y las compararon con una comida de control. La tendencia a aterrizar e ingerir el cóctel de insecticida estaba en un nivel que coincidía con la comida no tóxica, lo que a su vez provocó que todos los mosquitos probados murieran dentro de los 100-350 minutos posteriores a la alimentación.
El fagoestimulante HMBPP tiene como objetivo eliminar las enfermedades transmitidas por mosquitos modificando los comportamientos de los mosquitos y permitiendo así controlar específicamente sus poblaciones. Ser capaz de apuntar solo a especies de mosquitos que buscan sangre y al mismo tiempo no afectar a otros organismos es primordial en la era actual de disminución de la biodiversidad mundial, peligros para la salud de los plaguicidas y resistencia emergente a los plaguicidas.
El virus Zika se propaga a través de mosquitos vectores, asi como el virus Chikungunya, el virus del dengue , el parásito de la malaria (Plasmodium) y otros. Los dos últimos patógenos por sí solos reclaman más de 300 millones de casos y 440.000 muertes al año.