Sé que debí haber escrito esta entrada en cuanto soplé las velas. Pero, como siempre, la rutina, la falta de tiempo y ganas, la poca inspiración, pudieron conmigo. No obstante, es curiosamente ese tiempo entre la fecha exacta del aniversario y el ahora cuando ha surgido una idea a mayores. Porque si hay algo que creo que no he hecho lo suficiente durante estas dos décadas y media (caray, cuántas formas existen para nombrar el susodicho número) es vivir con pasión. ¿Qué qué?Ya sé que suena a frase estereotipada digna de coach motivacional, pero, de verdad, creo que la pasión es un elemento clave que a veces se nos olvida mientras estamos ahogados en el día a día, mientras los años nos hacen más amigos de lo amargo, tal vez. Y por pasión me refiero a vivir intensamente, en todos los sentidos posibles. Con frecuencia, me doy cuenta de que el pesimismo, la apatía, la desilusión no me permiten apasionarme. De repente la vida se me amodorra, siento sin ímpetu, me hastío. Y, ojo, creo que existir con pasión no es algo que tenga que ver exclusivamente con la juventud. Pueden ser 25, 45 o 75, pero el caso es que ese movimiento imparable, ese latir continuo del corazón y esos pasos que nos guían al destino final tienen que afrontarse con pasión. Por la comida, por los amigos, la pareja, un buen libro, el trabajo, el deporte, algo nimio, medio o grande. Cualquier mierda que podamos convertir en nuestra ilusión, a nuestra manera, para encontrar coherencia en medio del caos y sinsentido en el que se torna a veces la vida.En fin, como hace unos días se hizo viral el #10yearschallenge, yo hoy me propongo el #UnCuartoDeSigloChallenge e ir cambiando el hashtag con cada año que pase. A ver qué tal me sale.
Revista Cultura y Ocio
Hace unas semanas llegué al cuarto de siglo. Y sí, lo sé, veinticinco años no son nada más que un insignificante suspiro en medio de la longeva historia del mundo. Pero eh, que visto desde cierta perspectiva, también una se pone a pensar en que es un tiempo en el caben otros muchos tiempos, variados, vertiginosos, intensos. Vamos, que 300 meses dan para mucho, que en 1300 y pico semanas ha llovido y he vivido lo suyo y que en 21900 horas se concentra una historia particular y única que es exclusivamente mía. Si hay algo que creo sobre esta mágica cifra, es que representa un momento fronterizo. Tengo una curiosa mezcla de juventud y madurez; una experiencia todavía muy inexperta, así como la desazón de ver que la vida no es un cuento de hadas combinada con la ilusión de creer que mis sueños aún están por cumplirse. Como digo, el cuarto de siglo es una edad intermedia, irregular, contradictoria, donde lo mucho y lo poco se unen de una manera extraña pero hermosa. Y, como cada cumpleaños, es necesario celebrar esa contradicción en la que un año más es también un año menos.
Sé que debí haber escrito esta entrada en cuanto soplé las velas. Pero, como siempre, la rutina, la falta de tiempo y ganas, la poca inspiración, pudieron conmigo. No obstante, es curiosamente ese tiempo entre la fecha exacta del aniversario y el ahora cuando ha surgido una idea a mayores. Porque si hay algo que creo que no he hecho lo suficiente durante estas dos décadas y media (caray, cuántas formas existen para nombrar el susodicho número) es vivir con pasión. ¿Qué qué?Ya sé que suena a frase estereotipada digna de coach motivacional, pero, de verdad, creo que la pasión es un elemento clave que a veces se nos olvida mientras estamos ahogados en el día a día, mientras los años nos hacen más amigos de lo amargo, tal vez. Y por pasión me refiero a vivir intensamente, en todos los sentidos posibles. Con frecuencia, me doy cuenta de que el pesimismo, la apatía, la desilusión no me permiten apasionarme. De repente la vida se me amodorra, siento sin ímpetu, me hastío. Y, ojo, creo que existir con pasión no es algo que tenga que ver exclusivamente con la juventud. Pueden ser 25, 45 o 75, pero el caso es que ese movimiento imparable, ese latir continuo del corazón y esos pasos que nos guían al destino final tienen que afrontarse con pasión. Por la comida, por los amigos, la pareja, un buen libro, el trabajo, el deporte, algo nimio, medio o grande. Cualquier mierda que podamos convertir en nuestra ilusión, a nuestra manera, para encontrar coherencia en medio del caos y sinsentido en el que se torna a veces la vida.En fin, como hace unos días se hizo viral el #10yearschallenge, yo hoy me propongo el #UnCuartoDeSigloChallenge e ir cambiando el hashtag con cada año que pase. A ver qué tal me sale.
Sé que debí haber escrito esta entrada en cuanto soplé las velas. Pero, como siempre, la rutina, la falta de tiempo y ganas, la poca inspiración, pudieron conmigo. No obstante, es curiosamente ese tiempo entre la fecha exacta del aniversario y el ahora cuando ha surgido una idea a mayores. Porque si hay algo que creo que no he hecho lo suficiente durante estas dos décadas y media (caray, cuántas formas existen para nombrar el susodicho número) es vivir con pasión. ¿Qué qué?Ya sé que suena a frase estereotipada digna de coach motivacional, pero, de verdad, creo que la pasión es un elemento clave que a veces se nos olvida mientras estamos ahogados en el día a día, mientras los años nos hacen más amigos de lo amargo, tal vez. Y por pasión me refiero a vivir intensamente, en todos los sentidos posibles. Con frecuencia, me doy cuenta de que el pesimismo, la apatía, la desilusión no me permiten apasionarme. De repente la vida se me amodorra, siento sin ímpetu, me hastío. Y, ojo, creo que existir con pasión no es algo que tenga que ver exclusivamente con la juventud. Pueden ser 25, 45 o 75, pero el caso es que ese movimiento imparable, ese latir continuo del corazón y esos pasos que nos guían al destino final tienen que afrontarse con pasión. Por la comida, por los amigos, la pareja, un buen libro, el trabajo, el deporte, algo nimio, medio o grande. Cualquier mierda que podamos convertir en nuestra ilusión, a nuestra manera, para encontrar coherencia en medio del caos y sinsentido en el que se torna a veces la vida.En fin, como hace unos días se hizo viral el #10yearschallenge, yo hoy me propongo el #UnCuartoDeSigloChallenge e ir cambiando el hashtag con cada año que pase. A ver qué tal me sale.