Qué curioso, más de 40 años viviendo en Madrid y nunca había estado en el Hipódromo. Pensar en el hipódromo me hacía recordar Pretty Woman y a Julia Roberts vestida con pamela y su vestido marrón, y claro, yo que soy más de vaqueros, no me veía.
Este domingo hemos estado pasando la mañana y la verdad es que no es como me lo imaginaba, nos ha gustado mucho la experiencia, además de ser un sitio estupendo para ir y hacer planes con niños.
Lo primero que llama la atención es la zona en la que está enclavado el hipódromo, rodeado de árboles y naturaleza. A sólo unos kilómetros del centro, un verdadero pulmón. Un domingo normal la entrada cuesta 5€ para los adultos, los menores de 18 años no pagan.
Una vez llegas al parking gratuito y te diriges a las taquillas, se respira un agradable y variado ambiente. Porque la verdad, había muchísima gente de mi estilo, en vaqueros y zapatillas, familias de Madrid que iban a pasar un día familiar. Pero también había otro ambiente, el de los más “pijos”, vestidos muy formales, ellos con traje y corbata y ellas con vestido de cocktail.
El hipódromo es grande, muy grande y tiene amplias zonas verdes. Y no sólo puedes disfrutar de las carreras de caballos, sino que hay muchas cosas para hacer con los niños.
Por una parte está la emoción de las carreras. Ya digo que nunca habíamos estado, pero fue emocionante. En la entrada te dan un folleto informativo con todos los datos del hipódromo, los horarios de las carreras, la forma de apostar…aunque si tienes alguna duda te lo explican allí mismo. Así que en la segunda carrera decidimos apostar. Elegimos dos caballos, apostamos 1€ a cada uno de ellos y a verlos correr. ¡Qué gracia me hacía Lucas animando a nuestros favoritos! ¡En una carrera ganamos 10 céntimos! Lo mejor es acercarse al paddock a ver a los caballos. Es una zona central circular donde enseñan a los caballos antes de las carreras y por donde pasan también al finalizar y entregan los premios. Puedes ver a estos impresionantes animales muy de cerca.
Y llega la hora de la diversión infantil. A ambos lados del paddock hay dos jardines. Todas estas actividades se desarrollan a la vez que las carreras. En el jardín sur había multitud de actividades para niños: pintacaras, castillos hinchables, manualidades…a unos 2€ la actividad. Estas actividades no son propias del hipódromo, sino que son de empresas externas que se instalan y van cambiando cada sesión. Además, mientras los niños se divierten, podemos tomar una caña y una tapa o un aperitivo, variadas opciones para todos los gustos. Había además carritos de perritos calientes, chucherías…
Y luego pasamos al jardín norte. Allí había varios castillos hinchables gratuitos, una amplia pradera verde donde poder disfrutar correteando por el césped y lo mejor para los niños, dos caballos en los que poder montar y dar una pequeña vuelta, también de forma gratuita. El paseo en caballo fue lo mejor de la mañana. Sara estaba emocionadísima. Pero hay que esperar, claro, porque todos los niños quieren montar. Los caballos están muy cuidados, tienen un aspecto saludable, no pienses que son como los ponis de feria (a esos no subo a mi hija ni loca, pobres animales maltratados). Pero estos caballos que pasean a los niños hacen descansos, están limpios y sólo suben a niños menores de 10 años. Antes de subir les ponen un casco y todo el proceso dura unos 2 minutos. 2 minutos que lleva recordando dos días enteros, la espera mereció la pena.
Nosotros estuvimos el domingo por la mañana. Pero a partir de este domingo cambian los horarios; en Junio abren los domingos de 17:30 a 20:30. Y en Julio y Agosto son los jueves por la noche. En Septiembre vuelve el horario de mañana, 11:30 a 14:30, pero lo mejor es consultar los horarios en la web del hipódromo.
Y tú ¿habías ido al hipódromo a pasar un día en familia? Me encantará saber tu experiencia.