Moderna y cosmopolita, con cerca de 600.000 habitantes y con el mar como marco de fondo, la capital finlandesa bien merece una visita. Muchos dicen que es fea, que no hay nada que ver o que en un rato se ve lo poco que merece la pena.
Plaza del Mercado de Helsinki
Como en todo, para gustos los colores. Helsinki no es la típica capital europea con un centro histórico de museo, como Viena o Praga. Pero tampoco lo son Berlín ni Londres y eso no quiere decir que no merezcan la pena. Helsinki cuenta con algunos edificios y calles muy bonitos, construcciones ultramodernas que harán las delicias de los fans de la arquitectura y también zonas con mucho ambiente por las que da gusto pasear incluso a cero grados y nevando; y más aun en cuanto sale un rayo de sol.¿Qué ver en un día en Helsinki?
A pesar de ser la capital del país, Helsinki se recorre fácilmente a pie, desde la Catedral Ortodoxa hasta el Monumento a Sibelius, pasando por la Plaza del Mercado y la del Senado.Nosotros pasamos un día en la ciudad, desde las 12:30 hasta las 19 y esto es lo que pudimos ver:
Casco histórico
Si llegas a Helsinki en barco, desde el mismo puerto salen tranvías hacia el centro de la ciudad. Bajando en la parada de Kaisaniemi en unos minutos se llega a la Plaza del Senado, rodeada de edificios neoclásicos entre los que destacan la Catedral de Helsinki, el Palacio de Gobierno, la Universidad y la Biblioteca Nacional.
Catedral de Helsinki | Plaza del Senado en Helsinki |
Volviendo pegados al mar se llega a la Plaza del Mercado y el Tori Quarter, del siglo XVIII. Esta zona está llena de puestos de comida y souvenirs y muy animada incluso en invierno. Es el punto ideal donde hacer un pequeño descanso y degustar alguna de las "delicias" locales de los puestos. Otra opción es el Mercado Viejo, reabierto en 2014, y que al igual que el Quincy Market en Boston o San Miguel en Madrid, por poner dos ejemplos, cuenta en su interior con puestos de comida.
Catedral ortodoxa de Helsinki (Uspenski) | Antiguo mercado de Helsinki |
Parque de la Esplanada en Helsinki | Plaza de la Estación en Helsinki |
Iglesia de Temppeliaukio en Helsinki
La última parada de la excursión de un día a Helsinki es la del Monumento a Sibelius, a unos 20 minutos a pie desde la Iglesia de Temppeliaukio. El monumento, dedicado al compositor, se construyó en 1967 y las decenas de tubos que lo componen permiten hacer divertidos ecos y dan bastante juego con la cámara de fotos. El parque en el que se encuentra el monumento es perfecto para dar un paseo y descansar un rato.
Monumento a Sibelius en Helsinki | Estación Central de Helsinki |
Información de interés
Guía: si sólo se visita esta ciudad lo mejor es pedir a la oficina de turismo de Helsinki el folleto y el mapa de la ciudad. Haciéndolo con al menos un par de semanas de antelación te lo envían a tu domicilio y así puedes llevar ya planificada la ruta. También se puede descargar de la web y llevarlo impreso.
Cómo llegar: desde España salen vuelos directos desde las principales ciudades. Para ir desde Tallinn como nosotros lo mejor es ir en barco. En primavera y verano hay barcos rápidos con bastante frecuencia pero depende del clima y la fecha. Lo que si hay todos los días es el ferry que conectan ambas ciudades en 2 horas. Los billetes se pueden comprar a través de Internet en la web de Tallink Silja, la compañía que hace el trayecto o en las de reservas de ferries. Nosotros cogimos el que sale de Tallinn a las 10:30 de la mañana (con llegada a Helsinki a las 12:30) y a la vuelta el que sale de Helsinki a las 19:30. Hay que estar 30 minutos antes mínimo en el puerto. En el barco conviene coger sitio en la zona destinada a ello en las cubiertas superiores. Ahí puedes llevar comida y bebida de la cafetería, ir a otros restaurantes, al supermercado (inundado por finlandeses en busca de alcohol una hora antes de llegar a Tallinn) o hacer alguna visita a la cubierta exterior, según las condiciones climáticas.
Cómo moverse: lo más cómodo es recorrer Helsinki a pie, aunque también hay metro, autobuses y tranvías. Desde el puerto, nada más salir de la terminal, salen tranvías hacia el centro de la ciudad. Los tickets hay que comprarlos en las máquinas habilitadas al efecto que están en la misma parada.
Qué comer: como en el resto de países nórdicos, la gastronomía no es el fuerte de los finlandeses. Pero opciones tiene todas: desde comida típica finlandesa, los típicos restaurantes de comida rápida internacionales, otros más locales y puestos callejeros. Si se tiene poco tiempo y no mucho interés en las delicatesen finlandesas lo mejor es tirar de los puestos callejeros para comer o un tentempié a media mañana. Y si se vuelve en el mismo día a Tallinn, junto al puerto hay Subway y Hesburger, una cadena finlandesa tipo McDonalds, que también tiene restaurantes en Tallinn. Más caro pero una opción más es la comida y/o bebida del ferry.
Galería de imágenes: