Revista Música

"Un discazo como la copa de un pino..."

Publicado el 29 agosto 2010 por Arito

Bueno, ya tenemos aquí la canícula estival, y con ella las ganas de un poco de encefalograma plano. Además, estos tiempos son extremadamente propicios para que, en ese pueblo al lado del que veraneas, que no llega ni a 500 habitantes, se monte un macrofestival con lo más granado del pop indie, el rock progresivo, o lo que toque. La gente abandona la ciudad, y parece que la música también.

Si me lo permite el lector de SubNoise.es, quisiera jugar a un pequeño juego con él. Para ello va a tener que usar su imaginación, asi que el esfuerzo no es tan grande (no le he pedido que levante una piedra de 300 kilos cual Iñaki Perurena). El juego es el siguiente: ponga en su reproductor favorito el disco de Arizona Baby, “Second to None”, y deje volar la imaginación… ¿A dónde le he llevado? En mi caso, este disco me transportó al desierto de Tabernas en Almería, ese escenario semiabandonado de películas, que vivió su época dorada con el spaghetti western (recuerden, amables lectores, que allí se rodó la mítica “La muerte tenía un precio”). Y eso que Arizona Baby son de un poco más lejos… ¿Tal vez Kentucky? Pues no, Valladolid.

Arizona Baby (si, la película de Nicolas Cage) se formó en 2003, y está compuesta por Javier Vielba (voz), Rubén Marrón (guitarra) y Marcos Úbeda (rítmica). Autoeditaron su primer LP “Songs to Sing Along” en 2005, pero no fue hasta 2009 cuando Subterfuge apostó por ellos (tras grabar “Standing in the Way of Control” de Gossip, canción que grabaron junto a L.A. ese año para celebrar el Día de la Música) y sacó “Second to none”, su segundo disco (el que nos ocupa) que ha sido toda una revelación este verano (han llegado a telonear a Mark Knopfler). Arizona Baby suena a country, a psicodelia, a oeste americano sin salir de Castilla. Su sonido sorprende y (aviso) mejora cada vez que lo escuchas. Y “Second to None” es un discazo como la copa de un pino…

Comienza el viaje con “Shiralee”, canción que te invita a calzarte tus botas de piel de cocodrilo con espuelas y bailar hasta dejarte los tacones en la arena, para continuar con “The Truth”, en esa misma línea de influencia de country (o folk americano, como prefiera el lector). Tras el arranque, paramos un poquito con “Ouch” y “Runaway”, que son el perfecto preludio para otro de los temas del album “A Tale Of The West”, donde se atreven con una rumba (si, lo han oído bien). “Ballad of A.” y “Getaway” son otras de esas historias que hablan de huida, pintadas con una psicodelia que acaba envolviéndote. Y con “Dirge” dan paso a un cambio de tercio, la letra se moderniza y habla sobre el siglo XX, con un ritmo donde se aprecia mayor influencia pop. Finalmente, “Muddy River” es pop sesentero puro, distorsión, y sonido sucio; y “X’ed Out” y “Mindful of Thoughts”, el colofón del disco y el final perfecto para el viaje.

Un disco que, además, en directo suena muchisimo mejor. Creo que estamos ante una de las bandas el panorama indie que más darán que hablar este verano. Así que ya sólo me queda decir: “You better watch your back: allí estaré”



Puntuación: 8/10
Lo mejor: La apuesta. Que un grupo nacional se atreva con el folk americano y salga bien parado no resultaba fácil a priori. Y ha resultado.
Lo peor: Que con tantos ojos encima se agoten antes siquera de empezar.
(Maguado, www.subnoise.es)

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