En consideración de la importancia del tema, especialmente en una buena proporción de los lectores del blog y a pesar de estar fuera de los objetivos de este blog, les comento la noticia de la comprobación de la eficacia de un dispositivo electromagnético, para controlar la existencia de reflujos gastroesofágicos, en personas con el esfínter debilitado.
Debo aclarar además que hace algunos meses, un lector del blog me había enviado una nota informando de este u otro dispositivo similar. Esa noticia la retuve hasta obtener un respaldo científico, cosa que ocurre ahora. El comentario que menciono me ha sido borrado del sitio, por lo que me disculpo de quien lo hizo y que no puedo identificar.
Un equipo de investigadores estadounidenses logró controlar el reflujo de nueve de cada 10 personas que lo padecen, a través de un anillo metálico que se implanta entre el esófago y el estómago. Este anillo actúa reduciendo la apertura de la entrada al estómago y evita que los ácidos que contiene regresen hacia la boca.
El dispositivo fue probado en 750 pacientes y logró eliminar los síntomas en más del 90% de los casos.
Es alrededor del esfínter donde, mediante una cirugía mínimamente invasiva, se coloca el dispositivo.
El dispositivo está compuesto por trece piezas magnéticas diminutas, unidas por una especies de elástico.
Hasta ahora, las alternativas de tratamiento para el reflujo esofágico eran la cirugía o el uso de medicamentos que suprimen la acidez. Sin embargo, muchas veces no logra controlarse por completo.
Los resultados obtenidos por la utilización del dispositivo (comercializado bajo el nombre de LINK) fueron publicados por la revista New England Journal of Medicine. A tres años de implantado, el 92% de los pacientes ya no presentaba síntomas de reflujo; el 87% no necesitaba tomar medicamentos, y el 94% dijo estar satisfecho con el tratamiento.
Un efecto colateral que es común tras el implante del dispositivo es la dificultad para tragar (se vio en 68% de los casos), pero se comprobó que disminuye con el tiempo. No obstante, en cuatro pacientes el brazalete tuvo que ser retirado.