La opera prima de Manele Labidi Labbé, "Un diván en Túnez", es una amable comedia francesa que nos cuenta la historia de Selma (Golshifteh Farahani), una psicoanalista que regresa a Túnez tras la caída del dictador Zine El Abidine Ben Ali. Después de haber vivido diez años en París, la protagonista se dispone a abrir una consulta en su casa y así ayudar al pueblo musulmán a hablar de sus problemas en un contexto de cambio social.
La película nos enseña la cultura musulmana desde el punto de vista del psicoanálisis, arrojando luz sobre problemas sociales que muchos de los personajes se esfuerzan inconscientemente por enterrar dando lugar a una gran represión ideológica. Manele Labidi plantea una interesante comparación entre la forma de pensar europea recreada en el personaje de Selma y la cultura musulmana. Conforme avanza la historia, vemos como los prejuicios hacia esta cultura no vienen únicamente de otros países, sino de los mismos musulmanes.
Selma es originalmente de Túnez, pero su experiencia en París la dota de muchos valores europeos progresistas que causan tanto incomodidad como admiración en sus compatriotas. Ella representa una revolución, el despertar moral, la primavera árabe, y es aquí donde vuelve la dualidad cultural que esta película insiste en retratar: los tunecinos admiran la libertad de Selma de forma privada, pero no se atreven a hablar de ello públicamente. Debido a este condicionamiento social, Selma lucha durante toda la película por hacerse respetar en una cultura que le da la espalda y al mismo tiempo le pide ayuda a gritos.
El feminismo es un tema principal durante el metraje. La declaración de libertad y la incansable actitud de la protagonista por hacerse su propio camino en una sociedad musulmana dan lugar a varias escenas cómicas que dejan en evidencia al pueblo tunecino. Selma, disfruta de ser diferente y de la agitación que producen ciertos detalles de su conducta europea como fumar, estar soltera o lucir sus tatuajes. Sin embargo, el desarrollo del personaje es más bien plano ya que su actitud etnocentrista no evoluciona en absoluto.
El argumento es entretenido, pero quizás demasiado previsible. El personaje de Selma mantiene el argumento de la película, pero el desarrollo está enfocado en el pueblo tunecino, el cual se puede interpretar como un personaje en sí mismo que comienza rechazando a la psicoanalista y concluye aceptándola con los brazos abiertos. Por otro lado, la trama B plantea un innecesario romance entre Selma y un policía local que va perdiendo el sentido conforme avanza la historia.
Desde un punto de vista técnico, Manuel Labidi presenta una película estructurada, con un ritmo claro y una duración acertada para el argumento. La fotografía nos enseña un Túnez con colores y tonos festivos filtrados por un marrón desértico característico de los países del norte de África. La puesta en escena contribuye a una ambientación sin grandes ambiciones que pretende pasar desapercibida para no desviar la atención de su protagonista, la cual carga con todo el peso de la película.
En pocas palabras, Un diván en Túnez es una comedia desenfadada muy lejos de la perfección. Plantea un argumento sencillo liderado por una buena interpretación de Golshifteh Farahani, un personaje sin un gran desarrollo, pero con el suficiente carisma para mantener la atención de público hasta el final del metraje.
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- ##check## Lo bueno
- Entretenida y cómica. Fácil de ver en una tarde de verano sin muchas expectativas.
Interpretación carismática de la actriz Golshifteh Farahani.
Fácil de empatizar. - ##times## Lo malo
- Excesivamente previsible.
Falta de desarrollo de la protagonista.
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- Ambientación 5.0
- Una ambientación sin grandes pretensiones que simplemente funciona.
- Desarrollo de Personajes 6.0
- Como espectador me habría gustado ver un mayor desarrollo personal en el personaje Selma. Sin embargo, los personajes secundarios muestran un cómico proceso en su aceptación hacia la protagonista y el psicoanálisis.
- Argumento / Guión 6.0
- El guion es tan entretenido y desenfadado como fácil de olvidar.
- Banda Sonora 6.0
- Acompaña a la película de forma correcta y sin llamar la atención.
- Entretenimiento 7.0
- La historia proporciona momentos cómicos a través de clichés y estereotipos culturales que siempre son simpáticos para el espectador.
- Montaje / Innovación técnica 5.0
- El montaje pasa desapercibido aportando fluidez y naturalidad a la historia sin grandes innovaciones ni puntos que comentar.
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- Puntuación Total 6 / 10
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