Dos momentos de la vida de Tàpies:
El primero, a los 24 años, en Cataluña. Junto con un poeta, un filósofo y otros pintores como Cuixart y Tharrats, funda el grupo Dau al Set (Dado en el número siete), que reivindica la creación artística frente a la ideología de la posguerra española.
El segundo momento, en 1984, Japón. Por el 60 cumpleaños de Tàpies hacen una retrospectiva de grabados y litografías, a la que el cuadro de este domingo sirve de cartel.
Más en la Fundación Antoni Tàpies, Barcelona.
Me preguntan en un comentario qué veo en Tàpies. Y me hace pensar sobre el artista catalán. Esta es la respuesta:
En Tàpies veo mundos con lógicas propias. Ajenas al mundo que conocemos. Mundos que surgen de la materia, que no dan tanta importancia a la forma, al aspecto, como estamos acostumbrados a darle en este momento en que vivimos. Quien se fije en la forma o en el modo de ejecutar puede que encuentre el trabajo de Tàpies bastante vacío. Será porque lo que preocupaba al artista no era eso sino temas como la textura, el origen y “qué quiere ser el material”.
De todas formas, a Tàpies, como a muchos músicos contemporáneos, cuesta entrarle. A mí me gusta mucho la pintura no figurativa y Tàpies además tiene el valor añadido de ser español, lo que hace que sea más cercano todavía.
Fuentes: Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, nº 128, Dau al Set en Wikipedia.