Un empate que no le sirve a ninguno

En el Nuevo Gasómetro, se medían dos equipos con presentes parecidos: el local, San Lorenzo, venía de perder 4-0 frente a Racing y sumaba tres derrotas al hilo; Arsenal, por su parte, en nada se parece al equipo que levantó el último torneo Clausura, y arrastraba cuatro caídas consecutivas, la última también por 4-0, frente a River.

El primer tiempo fue acorde a lo que venían mostrando ambos en las últimas semanas: poco juego y muchos errores. A pesar que ambos tuvieron algunas ocasiones de gol, San Lorenzo era levemente superior y tenía más la pelota, pero no era claro en los últimos metros. Sin embargo, el Cuervo pudo irse arriba al descanso, si Pablo Lunati hubiese cobrado el claro penal que Diego Braghieri le cometió a Denis Stracqualursi.

Alan Ruiz tuvo una clara en el primer tiempo.

Cuando el árbitro marcó el final del primer tiempo, se dieron un par de situaciones que merecen ser mencionadas. Primero, la hinchada local hizo bajar los reclamos para sus jugadores con el clásico cantito que reza “movete, dejá de joder”. Unos segundos después, llegaron los reclamos e insultos para Lunati por el penal no sancionado. Y cuando los equipos se dirigían a los vestuarios, se dio una situación particular: el juez del encuentro lo seguía a Pablo Migliore dándole explicaciones, como si el arquero fuese la autoridad y no al revés, y, probablemente sin darse cuenta de la cercanía de los micrófonos de televisión que registraron todo, cerró la conversación con una invitación: “vení al vestuario”. Una práctica que probablemente debe ser moneda corriente en el fútbol argentino, pero esta vez quedo expuesta en televisión, y no por ser frecuente deja de ser reprobable.

Lunati, otra vez en la mira.

En el segundo tiempo San Lorenzo salió mejor, y con el correr de los minutos, los de Sarandí se fueron encerrando en su propio campo, resignando toda intención de atacar. Sin embargo, amontonar jugadores en defensa no garantiza defenderse bien, y Arsenal cometía muchos errores en ese aspecto. Pero el equipo de Caruso Lombardi, a pesar de que monopolizaba el balón y acumulaba chances, fallaba a la hora de definir. De esta manera, el cero permaneció inquebrantable, más por impericia de los atacantes locales que por méritos de los dirigidos por Gustavo Alfaro.

Con este empate, ambos lograron cortar la racha de derrotas. Sin embargo, esto no le sirve de mucho a ninguno: Arsenal, luego de sacar 11 de los primeros 15 puntos, sigue sin poder volver a la victoria y juega muy mal; San Lorenzo tampoco pudo volver a la senda ganadora, y para colmo, con la victoria de San Martín de San Juan, se metió en la zona de descenso. Deberá mejorar mucho si quiere salir de ahí y no depender de resultados ajenos para mantenerse en Primera…