Varios estudios científicos han demostrado que el consumo elevado de frutas y hortalizas reduce la presión arterial gracias su alto contenido en polifenoles. En concreto, el consumo regular de tomate se ha asociado a un menor riesgo de cáncer, y a una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares, debido a su contenido en compuestos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Ahora, un proyecto científico en el que participa Gallina Blanca Star junto con tres equipos del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN), investiga el efecto preventivo del consumo regular de tomate sobre las enfermedades cardiovasculares. Para este estudio se está utilizando la salsa de tomate elaborada por Gallina Blanca. Los equipos participantes en la investigación son el grupo de Antioxidantes de la Universidad de Barcelona, el grupo Epigem-Nutrigenio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, y el grupo de investigación del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona.
Como explica la investigadora principal del proyecto, la Dra. Rosa M. Lamuela de la UB, “estudiamos el efecto de diferentes dosis de tomate para saber cuál es la dosis exacta de salsa de tomate capaz de disminuir la presión arterial y prevenir enfermedades cardiovasculares”.
En concreto, los estudios se centran en la prevención de enfermedades cardiovasculares pero otros investigadores ya han observado el efecto del licopeno (antioxidante que da el color al tomate) en la prevención del cáncer de próstata. Identificar los genes sobre los que actúa el tomate En el marco de este proyecto, el equipo de la Universidad de Valencia, dirigido por la Dra. Dolores Corella, va un paso más allá y está llevando a cabo una investigación pionera mediante técnicas de genómica y transcriptómica con el objetivo de identificar los genes sobre los que actúa el consumo de tomate, y cómo pueden ejercer un efecto beneficioso en la prevención de patologías cardiovasculares, especialmente en aquellas personas genéticamente más susceptibles de riesgo de enfermedad cardiovascular.
Así pues, los estudios de nutrigenómica permitirán evaluar cómo el consumo de tomate, tanto de forma puntual como prolongada en el tiempo, es capaz de producir cambios en la funcionalidad de nuestros genes incrementando su función protectora frente a enfermedades cardiovasculares.El objetivo de este estudio es poder formular recomendaciones dietéticas más personalizadas y optimizadas para una mejor prevención cardiovascular. Como explica la Dra. Corella “esperamos obtener nuevo conocimiento hasta ahora desconocido sobre cuáles son los genes que varían su expresión tras el consumo de tomate, e identificar las principales variantes genéticas que nos permitirán clasificar a las personas en más o menos influenciables por el consumo del tomate”.
El efecto del tomate en la prevención de enfermedades cardiovasculares
Las patologías cardiovasculares son la primera causa de muerte por enfermedades crónicas no transmisibles. Aunque el efecto preventivo del consumo regular de tomate sobre las enfermedades cardiovasculares es, hasta la fecha, circunstancial, cada día se dispone de más evidencias de los efectos positivos de su consumo, aunque es cierto que los resultados de los estudios revelan una gran diversidad en la respuesta individual.
Actualmente, el tomate es la hortaliza más consumida en España ( 16,7 kg /año por persona), su consumo ha crecido rápidamente en los últimos años (2,8% anual), y a él se le atribuyen funciones protectoras de nuestro organismo, y en concreto en la prevención de patologías cardiovasculares.Gallina Blanca apuesta por la investigación de alimentos que, como el tomate, son muy consumidos, y cuya frecuente utilización puede ser beneficiosa para la salud. Además, desde el 2006 la compañía ha impulsado la mejora de los perfiles nutricionales de sus productos alimentarios para contribuir a la prevención de los principales factores de riesgo de sufrir enfermedades crónicas.